El instrumento que nos cambiará la vida a todas: la copa menstrual
La copa menstrual es un objeto en forma de cáliz que se utiliza durante la menstruación de la mujer. Se introduce, al igual que los tampones, en la vagina y se encarga de recoger todo el flujo menstrual. La diferencia y ventaja que tiene frente a los tampones es que éstos últimos absorben la sangre, mientras que la copa simplemente la retiene y la desecha cuando la sacamos, siendo mucho más higiénica.
Hay algunas que vienen con aplicador para ayudar a la introducción de la copa menstrual en la vagina.
Beneficios del uso de la copa menstrual
Para empezar el material con el que está hecho, silicona de grado médico, no afecta al ph de nuestra vagina y los gérmenes y bacterias no se quedan en su superficie. Además, vamos a ahorrar mucho en otro tipo de productos que utilizábamos antes como tampones, compresas o salvaslip puesto que la copa puede durarnos hasta 10 años si hacemos un buen mantenimiento de ella. Esto hace que sea más ecológica y respetuosa con el medio ambiente ya que no creamos tantos deshechos. Puedes llevarla puesta hasta 12 horas seguidas, algo que no podríamos o no deberíamos hacer con un tampón.
Aunque es cierto que también tiene alguna desventaja como que es algo difícil cambiársela cuando estamos fuera de casa, ya que hay que lavarla, o que puede ser un poco complicado al principio cogerle el truquillo para ponérsela, los pros siguen ganando a los contras.
Qué talla escoger para mi copa menstrual
Puesto que la vagina de cada una de nosotras es distinta, explicaremos qué talla necesita cada una según su edad y si ha tenido un parto vaginal o no.
Si no has tenido ningún parto y tienes menos de 18 años tu talla será la S. Si tienes entre 18 y 35 podrás elegir entre la S y la M, dependiendo de la cantidad de flujo menstrual que tengas. Si tienes más de 35 años la talla adecuada es la M.
Por otro lado, si has tenido partos pero han sido por cesárea, las tallas serán iguales que las anteriores, salvo en el último rango de edad, donde podrás elegir entre una M o una L.
Las mujeres que han pasado por un parto vaginal es raro que utilicen una talla S. Esto se debe al estado en el que quedan sus paredes vaginales y su suelo pélvico. Por eso, lo normal es que utilicen talla M o L según lo que hayan ejercitado esas zonas.