El miedo de Justo le ha llevado a querer ingresar en la cárcel de manera voluntaria para no estar solo y que alguien le pueda atender y socorrer rápidamente en caso de que su estado de salud empeore.
Además de sus problemas de corazón, ansiedad y depresión, el granadino también está luchando contra el cáncer, lo que ha hecho que las repetidas respuestas de los médicos le hagan sentirse como un caso que no tiene ninguna solución.
Lo único que reclama con esta petición es algo de compañía ya que, a pesar de tener 5 hijos que no ve hace meses, no es capaz de cometer ningún delito que le lleve a entrar a la cárcel. A día de hoy, Justo se encuentra casi a diario en las puertas del centro penitenciario de Alhaurín de la Torre (Málaga), solicitando a gritos su ingreso, a pesar de que el director del lugar ya haya rechazado su petición.
No sería su primera vez en una cárcel, sino que de joven, ya estuvo internado debido al consumo de drogas. Actualmente, Justo es un hombre limpio que se niega a volver a delinquir para poder volver a entrar.
