Una mujer de 36 años se encuentra ingresada en el hospital de Granada, recuperándose de las heridas que dos perros de la raza Rottweiler le provocaron en la plaza España de Armilla. La mujer sufrió las heridas cuando rescató a su hija de cinco años del ataque de ambos cánidos. Aunque la mujer ya ha pasado lo peor, continúa ingresada en la UCI.
Ambos perros llegaron a atacar también al padre de la niña, pero no fue nada en comparación con los daños sufridos por la madre. Según informó el Ideal de Granada, ambos animales la intentaron arrastrar al interior de la casa, donde vive el dueño de los animales.
Los hechos sucedieron cuando la familia al completo, padre, madre e hija, caminaban por la calle, cuando pasaron frente a la puerta de una casa, de la cual, salieron ambos perros, los cuales se abalanzaron sobre la pequeña de cinco años, mordiéndola del brazo. Los padres de manera instintiva se lanzaron para salvar a su hija y la zafaron de ambos animales. Uno de los dos rottweiler se abalanzó sobre la madre, mordiéndole un pómulo, la parte trasera de la oreja y el contorno de un ojo.
Mientras que el otro perro, al ver que no podía con el padre, que puso a salvo a su hija, se lanzó a morder la ingle de la mujer. Finalmente el padre pudo liberar a la pobre mujer del ataque de ambos animales. La mujer fue trasladada al hospital de Granada, donde tuvo que ser operada y ya está en planta tras pasar por la UCI. Sin embargo, ahora tendrá que ser intervenida de nuevo.
Los perros tenían la documentación en regla
Actualmente los perros se encuentran bajo la custodia de la Guardia Civil, la cual se ha hecho cargo del caso. Ambos animales tienen la documentación en regla y el chip obligatorio. El dueño de ambos está identificado. La familia aún no ha presentado ningún tipo de denuncia contra el dueño.
“Los perros han podido matar a mi hija de cinco años e incluso a mi mujer, que ha estado a punto de perder un ojo, además de las secuelas importantes que le ha dejado", ha señalado el marido. La familia de Armilla sufrió la falta de alguna medida que evitase que los perros estuviesen sueltos y a su libre albedrío. “La zona donde ocurrió todo es una plaza que por la tarde se llena de niños y esto había podido ocurrir a cualquier otro menor”, lamenta el hombre.