Muere un galgo por desnutrición severa tras ser rescatado en Santaella
Al refugio de Santaella de Pacma llegó el animal en “pésimas condiciones”
A través de un comunicado de prensa, el Partido Animalista Pacma informó “la muerte de otro galgo que llegó en pésimas condiciones de salud al Refugio Segunda Oportunidad Santaella, en Córdoba”.
“El animal se encontraba en avanzado estado de deshidratación y desnutrición, sin poder levantarse y con la respiración muy agitada. A pesar de su inmediato ingreso en una clínica veterinaria, no se puedo hacer nada por su vida y falleció a las pocas horas”
Según informa el partido, los refugios empiezan a saturarse de galgos y sus cruces con otras razas, ya que a la temporada de caza aún le quedan meses para finalizar.
“Los descartes de los cazadores y los perros primerizos que se pierden en las primeras jornadas de cacería ya están empezando a aparecer por toda España”
Desde el Refugio Segunda Oportunidad Santaella aseguran sentirse “destrozados e impotentes” ante “tal barbarie contra los animales”.
“Los cazadores crían sin control y se deshacen de lo que no les sirve, obligándonos a las protectoras a asumir gastos que no podemos permitirnos pero que tampoco podemos evitar, y eso hace referencia a los que tienen la suerte de sobrevivir a los abandonos, ya que muchísimos de ellos acaban atropellados, muertos de hambre, colgados o arrojados a pozos”
Yolanda Morales, la portavoz de Pacma, realizó una publicación a través de Twitter con relación a las subvenciones que reciben las federaciones autonómicas de caza en los últimos cinco años. Es “extremadamente complicado llevar un seguimiento”, ya que las cifras que se manejan no incluyen las aportaciones económicas entregadas a las sociedades.
Según la Base de Datos Nacional de Subvenciones, entre 2018 y 2022, las federaciones autonómicas de caza recibieron casi cuatro millones de euros en ayudas directas del Estado, de los cuales 638.000 euros se los llevó la Federación Riojana de Caza. “A estas cifras hay que sumar lo que se les da a las sociedades, las ayudas no pecuniarias, los descuentos, las cesiones de terrenos, y más aportaciones cuyo rastreo es casi imposible de llevar a cabo, ya que se desarrolla en pueblos pequeños con datos poco actualizados”
Morales considera que “este dineral tendría que ser invertido en ayudar a las entidades de protección animal a cubrir los gastos de los perros, hurones y otros animales que acaban abandonados y con graves problemas de salud”.
Desde el Partido Animalista abogan por la retirada inmediata de estas subvenciones al sector cinegético, por lo que Javier Luna, presidente de la formación política, comenta: “No solo hablamos del dinero público que se transfiere desde las arcas a las cuentas de estas federaciones y sociedades, sino también de los incuantificables costos medioambientales que esta tiene, la descompensación de los ecosistemas fomentada por presión cinegética y las repoblaciones artificiales, y por supuesto, los gastos derivados de la recepción, tratamiento, rehabilitación y puesta en adopción de los perros que llegan directamente de manos de cazadores a perreras y protectoras tanto públicas como privadas, como es el caso del galgo de Santaella”.