Un estudio realizado recientemente demuestra que la basura generada por las mascarillas ha aumentado un 9.000% entre marzo y octubre de 2020, lo que demuestra una relación directa entre las legislaciones nacionales y la aparición de residuos desechados que incluían mascarillas y otros equipos de protección personal relacionados con el Covid-19.
Los investigadores de la Universidad de Portsmouth, en Reino Unido instan a los gobiernos a establecer políticas y legislación para la eliminación de las mascarillas desechables. El investigador principal, el doctor Keiron Roberts, profesor de Sostenibilidad y Medio Ambiente resalta que, en general, "el estudio muestra el impacto que la legislación sobre el uso de artículos como las máscaras pueden tener en su aparición como basura".
Explicando los antecedentes de la investigación, el doctor Roberts comenta que los impactos negativos del Covid-19 en nuestra vida cotidiana son bien conocidos. En abril del 2020 empezaba a parecer que había algunos pequeños aspectos positivos en la disminución de la actividad humana provocada por el confinamiento, con mejoras de la calidad del aire y del agua. La reducción de la actividad humana también vio los informes de animales que volvían a los pueblos y ciudades. Al mismo tiempo empezaron a surgir informes sobre la aparición de mascarillas y guantes en playas y calles, donde antes no estaban.
Al tener dificultades para recoger datos sobre el terreno, los investigadores recurrieron a las bases de datos en línea, por lo que no fue una sorpresa ver la aparición de la basura en forma de máscara , pero lo que si sorprendió realmente fue como la legislación nacional había influido drásticamente en la aparición de esta basura.
En el estudio se observó que de enero a marzo a medida que los países luchaban por conseguir EPI adecuados, la orientación era distanciarse social y físicamente, de marzo a mayo los confinamientos más severos se produjeron durante este periodo, por lo que la basura de mascarillas era escasa pero iba en aumento.
La mayoría de mascarillas se fabrican con materiales de larga duración, y si se desechan pueden persistir en el medio ambiente durante décadas o cientos de años, esto significa que se pueden tener una serie de impactos sobre el medio ambiente y las personas.
A medio plazo, en el caso de los animales grandes, pueden enredarse y asfixiarse, y si se las comen pueden causar complicaciones. Además el lugar en el que cae la basura puede asfixiar a organismos más pequeños y a la vida vegetal.
Finalmente, a largo plazo, una vez en el medio ambiente, los objetos tirados pueden seguir teniendo los impactos anteriormente mencionados, con el añadido de convertirse en microplásticos y tienen el potencial de entrar en la cadena alimentaria.