El Papa Francisco ha alertado de la "plaga" del desperdicio alimentario, algo que achaca al "egoísmo" y a la "explotación voraz de los recursos naturales" y ha denunciado una "falta de voluntad política" de redistribuir los bienes de la tierra.
"Por desgracia, la plaga de la pérdida y del desperdicio de alimentos es tan alarmante y funesta como la tragedia del hambre que tan cruelmente aflige a la humanidad. Cito estos dos dramas juntos porque los considero unidos por una única raíz de fondo: la cultura imperante que ha llevado a desnaturalizar el valor del alimento, reduciéndolo a mera mercancía de intercambio", ha advertido el Pontífice en su mensaje con motivo del Día Internacional de Concienciación sobre la pérdida y el desperdicio de alimentos 2023.
En el texto, dirigido al director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Qu Dongyu, el Papa lamenta, además, la "indiferencia general" que, a su juicio, existe hacia "las personas indigentes" así como "el escaso cuidado que se otorga a la creación".
Todas estas actitudes, según precisa Bergoglio, pueden considerarse "enraizadas en el egoísmo humano" y "llevan por un lado a que muchos se desprendan irresponsable e inmoderadamente de bienes primarios y, por otro, a no indignarse viendo que todavía hay multitud de personas que no disponen de lo necesario para vivir".
"Un egoísmo que se traduce, además, en la vigente lógica del lucro que regula las relaciones sociales y en la explotación irracional y voraz de los recursos naturales", añade.
Por ello, subraya que no se puede continuar "aludiendo al crecimiento de la población mundial como la causa de la incapacidad de la tierra para alimentar suficientemente a todos", porque "en realidad la verdadera razón que subyace a la proliferación del hambre en el mundo está en la falta de una concreta voluntad política de redistribuir los bienes de la tierra, de manera que todos puedan disfrutar de lo que la naturaleza nos da, y en la deplorable destrucción de alimentos en función del beneficio económico".
El Pontífice también indica que "tirar alimentos a la basura significa no valorar el sacrificio, el trabajo, los medios de transporte y los costes energéticos empleados para llevar a la mesa comida de calidad" y "desdeñar a cuantos se esfuerzan cotidianamente en el sector agrícola, industrial y de servicios".
Ante esta situación y para poner fin a la pérdida y al despilfarro de alimentos, Francisco considera necesario "invertir recursos financieros, aunar voluntades, pasar de las meras declaraciones a una toma de decisiones clarividentes e incisivas" y, sobre todo, "un cambio de mentalidad y de conducta".
Finalmente, el Papa agradece "vivamente" a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura todas las iniciativas y programas que lleva a cabo para poner fin a la pérdida y al despilfarro de alimentos.