El Papa Francisco defiende "un salario universal" y "la reducción de la jornada laboral"
El Papa Francisco ha defendido "un salario universal, para que cada persona en este mundo pueda acceder a los más elementales bienes de la vida" y ha abogado por "la reducción de la jornada laboral", como una medida para un mayor acceso de todos al trabajo.
"Este sistema, con su lógica implacable de la ganancia, está escapando a todo dominio humano. Es hora de frenar la locomotora, una locomotora descontrolada que nos está llevando al abismo. Todavía estamos a tiempo", ha asegurado el Pontífice en un mensaje con motivo del IV Encuentro Mundial de Movimientos Populares.
En Papa ha subrayado la necesidad de cambiar el actual sistema socioeconómico y pidió a gobiernos, políticos, empresas y líderes religiosos que ayuden en este objetivo, al tiempo que exigió "la liberación de las patentes" de las vacunas, la condonación de la deuda de los países pobres y el cese de la destrucción de "bosques, humedales y montañas", por parte de las grandes corporaciones extractivas; de la contaminación de ríos y mares, y de la intoxicación "de pueblos y alimentos".
"Y sigo preguntando. Y pregunto a todos en el nombre de Dios", ha dicho Francisco, el primer Papa de América Latina. El Papa ha hecho un llamamiento a las compañías farmacéuticas para que liberen patentes para hacer que las vacunas contra la COVID-19 estén más disponibles para los pobres, y señaló que solo el 3%-4% de la población en algunos países había sido vacunada.
Francisco, de 84 años, ha pronunciado un discurso en el Encuentro Mundial de Movimientos Populares, una agrupación de organizaciones de base y movimientos sociales que llaman la atención sobre la desigualdad en el trabajo, la propiedad de la tierra, la atención médica y otros problemas sociales en el mundo en desarrollo.
Así ha pedido a industrias como la minería y la madera, "que dejen de destruir bosques, humedales y montañas, que dejen de contaminar ríos y mares, que dejen de envenenar los alimentos y las personas".
Francisco ha reivindicado "un ingreso básico (el IBU) o salario universal, para que cada persona en este mundo pueda acceder a los más elementales bienes de la vida", así como un análisis serio de la reducción de la jornada laboral como elemento redistributivo de la carga de trabajo entre la población.