Un proyecto de Loyola analiza las competencias y habilidades sociales de los adolescentes
- Los científicos están realizando pruebas con experimentos basados en teoría de juegos que permiten conocer los niveles que tienen los escolares en habilidades cognitivas, la actitud hacia el riesgo, la falta de autocontrol, la inteligencia social o la creatividad.
- El trabajo de investigación está integrado en un consorcio en el que participan otras instituciones universitarias, como la Fundación ETEA, Instituto de Desarrollo de la Universidad Loyola, la Universidad de Granada, la Universidad del País Vasco, y la Universidad Carlos III de Madrid.
La Universidad Loyola, a través del grupo de investigación LoyolaBehLAB, lidera un proyecto que analiza las habilidades sociales de los estudiantes de enseñanza secundaria de Institutos de Andalucía, con el fin de facilitar a los centros la labor tutorial y promover la adquisición y mejora de competencias en el alumnado.
El proyecto de investigación, liderado por el catedrático de economía de la Universidad Loyola Pablo Brañas Garza, está integrado por un grupo interdisciplinar de investigadores. El grupo de científicos, apoyado por estudiantes de la Universidad Loyola, realiza una serie de pruebas con experimentos basados en teoría de juegos, que permiten conocer los niveles que tienen en determinadas habilidades de los adolescentes de centros de secundaria de entre 12 y 16 años como la actitud hacia el riesgo, el autocontrol, la inteligencia social o la creatividad.
Estudio de las decisiones, creencias y evolución de las normas
La economía del comportamiento estudia el comportamiento humano tanto en el laboratorio como en el campo. El grupo de investigadores de la Universidad Loyola centra su interés de estudio en las decisiones, creencias y la evolución de las normas. Esta ciencia se sitúa en la intersección entre la Economía, la Teoría de Juegos, la Psicología y la Estadística.
De este modo, a través de este trabajo, en el que se ha visitado ya más de una decena de institutos de enseñanza secundaria de Andalucía, es posible obtener datos relacionados con el comportamiento de los adolescentes, que pueden ser orientativos a la hora de prever las capacidades del adolescente para su futura profesión, su rendimiento y las destrezas y competencias que presentan tanto a nivel individual como grupal.
Por ejemplo, la demora de la gratificación a corto plazo se comprueba a través de un experimento y los resultados están relacionados con mejor rendimiento académico y mayor adherencia al estudio. La actitud hacia el riesgo muestra indicadores de emprendimiento, afrontamiento proactivo y la puesta en marcha de ideas. A través de una serie de tareas que realizan los alumnos, se comprueban habilidades como las mencionadas, además de otras como los niveles de creatividad, la inteligencia social, habilidades financieras, pensamiento estratégico, capacidad reflexiva o niveles de atención.
Estas tareas realizadas por los alumnos en algo más de media hora están basadas en experimentos propios de la economía del comportamiento. Las tareas son previamente analizadas por un tribunal ético y los datos se procesan mediante un software que asegura la anonimidad de los datos. Una vez recopilada la información, los investigadores dan acceso al centro a una web personalizada donde los datos generados por los alumnos se convierten en información clara y accesible para facilitar al personal docente la labor tutorial.
El trabajo de investigación está integrado en un consorcio en el que participan la Fundación ETEA, Instituto de Desarrollo de la Universidad Loyola, y otras universidades como la Universidad de Granada, Universidad del País Vasco y Universidad Carlos III de Madrid. Esta línea de investigación está financiada por distintas entidades públicas como el Ministerio de Ciencia e Innovación (PGC2018- 093506-B-I00), la Junta de Andalucía (PY18-FR-007) y la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID-0I008/2020), que apoya específicamente una línea de estudio dirigida a chicos y chicas migrantes de primera o segunda generación.
Además, participan como entidades colaboradoras de la Universidad Loyola otras instituciones como el CEP Lebrija y Colegios Salesianos de Andalucía.