lunes. 16.09.2024

El verano, una de las estaciones más esperadas del año, puede convertirse en un periodo de tensión para muchas parejas, según la psicóloga terapeuta Diana Sánchez. Aunque se asocia comúnmente con momentos de relax y diversión, la temporada estival es también un momento en que muchas relaciones llegan a su fin. Según Sánchez, el verano "puede actuar como detonante en las rupturas", exacerbando crisis que ya estaban latentes.

Estudios y estadísticas reflejan esta tendencia: uno de cada diez romances termina en esta época del año, y entre un 30% y un 40% de las separaciones ocurren en agosto y septiembre, de acuerdo con datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Esto puede parecer sorprendente, ya que el verano suele considerarse una época de descanso, pero Sánchez explica que el problema radica en la cantidad de tiempo que las parejas pasan juntas, lo que puede sacar a la luz conflictos subyacentes. “Al estar más tiempo juntos, se discute más”, asegura la experta.

Las constantes peleas son una de las principales causas de rupturas en verano. La psicóloga Elena Daprá señala que, al pasar tanto tiempo juntos, "lo que estaba latente se vuelve explícito". Durante las vacaciones, los desacuerdos y diferencias que las parejas suelen ignorar durante el año pueden volverse más evidentes. Además, conflictos familiares y tensiones con los hijos también pueden agudizarse durante este periodo.

Otro factor que contribuye a las rupturas es la expectativa irreal de unas vacaciones perfectas. Sánchez advierte que imaginar un verano idílico, solo para darse cuenta de que los problemas persisten, puede ser devastador para una relación. La decepción de ver que las cosas no han cambiado puede hacer que una relación se tambalee.

Ambas expertas coinciden en que la clave para evitar estas rupturas es una buena comunicación. Daprá subraya que "la madurez emocional y el compromiso" son esenciales para manejar los conflictos que puedan surgir. Además, el calor del verano puede hacer que las personas se vuelvan más irascibles, aumentando las posibilidades de enfrentamientos.

Un nuevo fenómeno que Sánchez identifica como un factor de ruptura es el FOMO (Fear Of Missing Out), o miedo a perderse experiencias. Este sentimiento, que se intensifica en verano, puede generar tensiones en la pareja, especialmente entre generaciones más jóvenes que buscan vivir al máximo.

Aunque las rupturas en verano son más comunes en parejas consolidadas, ninguna relación está exenta. Para evitar estas situaciones, las expertas recomiendan trabajar en la comunicación, buscar actividades que ambos disfruten, y evitar las distracciones tecnológicas como los móviles, que pueden agravar los problemas de comunicación. Finalmente, Sánchez aconseja desconectar del día a día y mantener expectativas realistas sobre el verano, recordando por qué se eligió estar con la pareja en primer lugar.

Estos son los motivos que fomentan las separaciones en verano