Un estudio dirigido por Peter Pearman, investigador Ikerbasque de la UPV/EHU y asociado al BC3, urge a mejorar el monitoreo de la diversidad genética global para proteger la biodiversidad. El análisis proporciona información sobre dónde monitorear la diversidad genética en Europa y confirma que se necesita "con urgencia un mejor monitoreo" de las especies y su diversidad genética a nivel internacional, ya que "hay especies en riesgo debido al cambio climático".
El estudio determina que la diversidad genética es "una de las claves para la supervivencia" de las especies durante el cambio climático. En 2022, la Convención Internacional sobre Diversidad Biológica (CDB, por sus siglas en inglés) hizo hincapié en la necesidad de proteger la diversidad genética que se encuentra en especies silvestres, "un componente fundamental de la diversidad biológica y que ha sido descuidado en numerosas ocasiones".
Desde la Universidad del País Vasco han incidido en que el calentamiento global está ejerciendo "una gran presión" sobre muchas especies en Europa, especialmente aquellas con poblaciones que habitan en los límites climáticos de su rango. La capacidad de las especies para resistir un mayor calor o sequía, así como las estrategias para enfrentar las nuevas especies que colonizan su entorno, "determina sus posibilidades de supervivencia".
"Es en estos entornos límite donde es más urgente medir la diversidad genética, para evaluar la capacidad de las especies que habitan estos espacios para sobrevivir", han asegurado.
El estudio internacional liderado por Peter Pearman, que ha sido publicado en la revista 'Nature Ecology & Evolution' examinó el monitoreo de la diversidad genética en Europa. Los resultados de Pearman y sus coautores muestran que los esfuerzos para monitorear la diversidad genética en Europa "son insuficientes y deben completarse teniendo en cuenta los posibles impactos del cambio climático en especies de interés conservacionista".
"MAYORES ESFUERZOS"
Al analizar todos los programas de monitoreo genético en Europa, el estudio mostró las áreas geográficas en las que se necesitan mayores esfuerzos de monitoreo, principalmente en el sureste de Europa (Turquía y los Balcanes).
El estudio muestra que muchas especies también estarán amenazadas por el cambio climático en la Península Ibérica. "Sin un mejor monitoreo europeo de la diversidad genética, corremos el riesgo de perder variantes genéticas importantes", advierte Pearman.
El autor principal del estudio señala que un monitoreo mejorado permitiría "detectar áreas climáticamente favorables para estas variantes y protegerlas para mantener la diversidad genética que es esencial para la supervivencia a largo plazo de las especies". Algunas de estas especies amenazadas también proporcionan servicios "invaluables a los humanos", como la polinización de cultivos, el control de plagas, la purificación del agua y la regulación del clima.
Un total de 52 científicos que representan a 60 universidades y centros de investigación de 31 países han colaborado en el estudio. Los resultados sugieren que los programas de monitoreo de la diversidad genética en Europa deben "adaptarse sistemáticamente para abarcar gradientes ambientales completos e incluir todas las regiones sensibles y de alta biodiversidad".