De viaje en la pandemia: Toca playa, toca Brighton
Tras nuestro último viaje a Londres, buscamos un tiempo algo más caluroso y con vistas al mar, nos vamos a la “playa de Londres”, Brighton.
Antes de contar la historia de esta ciudad, se merece una presentación bien hecha. Desde el año 1997, el nombre completo es Brighton and Hove debido a que son dos ciudades pequeñas unidas en una: Brighton que es la principal y a lado está Hove que es más pequeña. Tienen su propio equipo de futbol, Brighton & Hove Albion que volvió a ascender a la Premier League en 2017. Su símbolo son las gaviotas (o Seagulls) , que perfectamente podrían ser las dueñas de la ciudad.
Empezamos bajándonos en la estación de tren. Venimos a pasear y disfrutar de la playa en Reino Unido, algo que se valora mucho debido a que pocos días al año hace buen tiempo (comparándolo con España). Bajamos por la calle principal y al fondo vemos el mar, aunque aún no bajaremos. Antes nos meteremos a la izquierda para ver uno de los barrios más destacables de la ciudad: los Lanes. Hemos de añadir que los edificios en esta ciudad no son muy altos. Edificios de más de 4 plantas hay muy pocos, no más de 100 en total. El barrio está dividido en dos partes: Los North Lanes y los Lanes y aquí si que no hay edificios altos. Lo que llama la atención es la singular arquitectura de cada edificio. Cada negocio o casa es una construcción aparte y por lo tanto, con su propia decoración. En la parte de los North Lanes vemos calles donde destacan pequeños negocios como una tienda de música o una terraza hecha café. Algunos locales llevan muchas décadas abiertas y cada uno de ellos tiene su particularidad. En los Lanes vemos un salto de poder adquisitivo al ver las marcas más caras. A pesar de las tiendas, el barrio merece la pena visitarlo por el pequeño laberinto de calles enladrilladas y con joyas escondidas como restaurantes muy míticos de la ciudad como el Donatello, joyerías con tiendas de antigüedades e incluso una tienda que está dedicada exclusivamente al trato con el chocolate. No ocupa mucho espacio todo el barrio pero si que puedes emplear varios minutos en visitarlo todo y encontrar el sentido a este enredo de calles.
Nos vamos en dirección a la playa, pero antes pasamos por otro de los mayores emblemas de la ciudad, el Royal Pavilion. Es un palacio que fue residencia Real, con una tendencia hacia la arquitectura propia de la arquitectura India. Destaca por su inusual arquitectura comparándola con los demás edificios de alrededor. En sus faldas, tiene un amplio jardín donde los residentes y visitantes pueden relajarse y reunirse. En invierno ponen una pista de hielo junto a un pequeño bar para el uso y disfrute de los que lo visitan. La historia de este palacio es bastante interesante, llegando a jugar un papel en la primera guerra mundial como lugar donde descansaban los soldados indios.
Después de ver el Pavilion seguimos en dirección hacia el mar y llegamos a la playa. Aquí destacamos tres cosas que se ven en cuanto llegas al paseo marítimo. El primero de todos es el Brighton Pier. De entrada gratuita, este puerto es un pequeño parque de atracciones suspendido en un puente de madera sobre el mar. Es el lugar para pasar una mañana o una tarde en familia. En el caso de la fotografía, tuve la suerte de verlo un día con niebla y de noche. Simplemente un arte de luces que distraería al más curioso. Con juegos para todas las edades, desde maquinas recreativas que funciona con monedas de céntimo, hasta un pequeño casino para los mayores. También hay atracciones al final del puerto donde vemos dos montañas rusas, una lanzadera e incluso restaurantes para juntarte con la familia y disfrutar de las vistas. Advertencia sobre este lugar y en general la playa: he mencionado antes que las gaviotas son las dueñas de la ciudad. Dejadme avisar que ellas mismas lo saben y hacen un movimiento preciso en el que te roban la comida si no estás atento. El escritor y fotógrafo de estas imágenes ha sufrido robo de comida de un bocadillo e incluso un helado teniéndolo en la mano. No son agresivas pero son listas, tengan cuidado( de hecho gozan de una protección especial en la ciudad, no se os ocurra hacerles nada, está bajo pena de multa).
Después de darnos un paseo en el Pier, vamos paseando por la playa hacia una estructura que está en medio del mar. Esta playa de hecho está hecha de piedra en vez de arena. Si vas a bañarte o pasar el día en estas aguas ven con calzado cómodo. A la que vamos avanzando nos acercamos a el punto que he mencionado situado medio del mar, el llamado West Pier. Es un puerto que surgió en el año 1866 pero que ahora como se puede apreciar está inactivo, desde 1975. La leyenda cuenta que una vez construido, hacía competencia al Brighton Pier y que acabó quemado por la competencia en 2003. Se empezó a reconstruir pero por cosas de la vida, se volvió a quemar ese mismo año. Hay muchas teorías de lo que pasó aunque se declaró que fueron pirómanos profesionales los causantes. De momento, la estructura seguirá ahí y es una buena postal que hacer y disfrutar.
El tercer elemento que vemos en esta playa es el British Airways i360. Es un mirador hecho de metal con una capsula hecha de cristal que se suspende a más de 200 metros de altura. Es una pequeña sala que sube y baja hasta los 200 metros, rodeada completamente de cristalera. Puede verse toda la ciudad desde más arriba que sus techos. Empezó como una atracción turística y ahora es un punto de referencia donde se puede apreciar el encanto de la ciudad. Si se sigue la línea del mar se puede ver los pueblos colindantes de alrededor. Está en frente del West Pier, por lo que no es difícil encontrarlo. También es un palo de metal de 200 metros de altura al lado del mar. Se ve fácilmente.
Para acabar, con este pequeño acercamiento a la ciudad, diré que aún quedan muchos secretos por desvelar y muchas calles, pubs, locales, museos y parques que merecen la pena ser vistos. En un fin de semana que podamos volar sin restricciones, como recomendación dejo esta ciudad como posible huida. Muchos españoles conocemos esta ciudad debido no solo a la oportunidad que brindan en lo profesional, también por la evolución en lo personal.