España gana con tensión a Finlandia y buscará París vía Bahamas
La Selección Española de Baloncesto está a un paso de clasificarse a París mediante el Preolímpico y se enfrentará en la final a una Bahamas, llena de jugadores NBA
España luchó hasta el final este sábado para ganar a Finlandia (74-81) en la semifinal del torneo Preolímpico de baloncesto masculino que se disputa en el Pabellón Fuente de San Luis de Valencia, en un choque igualado, eléctrico y hasta loco en el que los de Sergio Scariolo tuvieron que trabajar y sudar hasta el final para ganarse el derecho a buscar este domingo el billete olímpico para Paris 2024 contra una Bahamas que ganó más fácil al Líbano.
Primer objetivo cumplido; jugar la final. Pero costó, y mucho más de lo esperado. Finlandia empezó mal, pero acabó más fina desde el triple, su gran arma ofensiva, y con un partido tenso en el que era fácil irse mentalmente del mismo, España sufrió de lo lindo pero pudo llegar a buen puerto. Con unos grandes Willy Hernangómez y Santi Aldama, el juego interior español fue clave.
España tardó en lograrlo, pero a medida que avanzaba el segundo cuarto pudo adaptarse a un arbitraje muy permisivo y laxo en ambos lados de la pista, y lo mismo sucedió en la segunda parte. Ello propició un baloncesto rápido, loco, y ahí Finlandia estuvo cómoda hasta que España apretó en defensa, subió su intensidad (y metió más manos, como los escandinavos) y se adaptó. Eso sí, no se pudo respirar tranquilo hasta dentro del último minuto, cuando Willy Hernangómez se consagró como 'MVP', con 28 puntos y llevando a España a la final.
Fue clave saber leer el partido para pasar de ir por debajo y de tener rentas bajas y irse al +9 (27-36) que logró Willy Hernangómez desde la línea de tiros libres y al despegue final, protagonizado por el mismo pívot del Barça. Al descanso, se dio un 30-38 favorable a los de Sergio Scariolo, en un marcador muy, muy bajo a tenor de ese ritmo eléctrico y de la escasez de personales. Cambió el choque en la segunda parte, con más anotación y la misma fluidez, pero la locura colectiva siguió presente y, de nuevo, España tuvo, desde el banquillo, que poner cordura. Y lo logró. Y el 15-25 del último cuarto fue esencial.
Finlandia, de nuevo abonada al tiro exterior, pagó el mal porcentaje de triple (3/13) en la primera parte. Esta vez tiró más de 2 puntos que de 3, pero de igual modo se vio intimidada por el juego interior español y optó por su juego, que no amenaza (al inicio, luego se convirtió en su arma letal) exterior. Y España, cada vez mejor en defensa, también sacó provecho de ello.
Tras el descanso Finlandia siguió 'erre que erre' apostando por el triple y mejoró mucho, si bien el conjunto español, ayudado por La Fonteta, pudo frenar la rápida reacción finlandesa en el arranque del tercer cuarto. Los finlandeses, que jugaron como locales, llegaron a ponerse a tiro de canasta para estar arriba, pero España supo calmar el juego, de nuevo, y coger las riendas del partido.
No era la final, pero el duelo tenía tintes de final anticipada. Ante Finlandia, España se jugaba muchísimo. Y quizá ello propició también que de inicio se viera a una España algo nerviosa. Pasar a la final se daba por sentado, los escandinavos eran conscientes de que el favoritismo, y más sin tener ellos a su gran estrella Lauri Markkanen --jugador de los Utah Jazz--, estaba del lado español y los anfitriones tuvieron que saber lidiar con ello.
En la última jornada de la fase de grupos Finlandia se cargó, en los últimos lances del partido, a una Polonia que era más favorita. Fue un aviso. Y se confirmó cuando, bien entrado ya el tercer cuarto, un parcial de 7-0 para los escandinavos, con matazo a la contra incluido de Miikka Muurinen, puso el 54-56 en el marcador y obligó a Sergio Scariolo a detener el partido, de nuevo roto y desequilibrado.
De poco sirvió, porque el parcial de Finlandia se fue hasta el 12-0 y el tercer cuarto se cerró con 59-56 a favor de los 'susijengi' ('manada de lobos'), con 29-18 en esos 10 minutos. Aullaron como nunca en la grada de La Fonteta los casi 2.000 finlandeses desplazados, sin duda la afición más mayoritaria por detrás de la española. Y ese partido 'raruno' del inicio, que España supo reconducir, volvió a ese punto de locura. Pero con 10 minutos para volver a pararlo y darle la vuelta a la tortilla.
Y no fue un final fácil. Se empezó 5 abajo y la sensación de que Finlandia estaba más que cómodo ante la incomodidad española. Tocaba cambiar, y Sergio Scariolo se la jugó y le salió bien. Apostó por la fuerza y rabia de los Darío Brizuela, Xabi López-Arostegui y un Alberto Díaz que clavó dos triples que cambiaron las tornas. Pese a ello, Finlandia seguía enchufada, mejorando en su acierto exterior, y el duelo se fue un final de infarto. Pero terminó con el pase a la final. Toca reflexionar, descansar y pensar en frenar a una Bahamas cuyo quinteto inicial (y final) es prácticamente 'made in NBA'.