El fútbol femenino español, un 2023 entre la historia, éxitos y turbulencias
El fútbol femenino español vivió el mejor año de su historia, un 2023 donde dominó las dos principales competiciones que hubo en juego, el Mundial disputado en Australia y Nueva Zelanda y la Liga de Campeones, y donde acaparó todos los premios individuales, aunque tampoco pudo escapar a los momentos de turbulencia que los llegaron a empañar en algunos casos.
España dice adiós a un año histórico y arranca otro que puede serlo de nuevo para el pujante fútbol femenino nacional, tratando de estabilizar su joven profesionalización y tirado por la 'locomotora' que supone el trabajo que lleva realizando desde hace muchos años el FC Barcelona y que debe servir de espejo para otros clubes.
El 2023 estuvo marcado sin ninguna duda por la victoria de la selección femenina Absoluta en la Copa del Mundo. Después de haber demostrado su capacidad y calidad en las categorías inferiores, con los títulos mundiales de la Sub-17 y la Sub-20, esa generación y la ya más consagrada se fusionaron para dar una de las mayores alegrías, sino la mayor, deportivas del año.
Y todo ello después de que un año antes se desencadenase una crisis en el seno del combinado nacional tras la disputa de una amarga Eurocopa. 15 jugadoras, con el respaldo de Irene Paredes, Alexia Putellas y Jenni Hermoso, solicitaron no ser citadas hasta que mejorase la situación y España se tuvo que 'reconstruir' sin jugadoras claves como Aitana Bonmatí, Mariona Caldentey, Mapi León, Patri Guijarro, Ona Batlle o Laia Aleixandri.
De todos modos, con el paso de los meses la situación pareció irse 'relajando'. Hermoso y Paredes fueron las primeras en decidir volver, y para la prelista del Mundial de Jorge Vilda, lo hicieron Bonmatí, Caldentey y Batlle, además de una Alexia Putellas que acababa de reparecer tras su grave lesión en la rodilla previa a la EURO y cuya vuelta fue otra gran alegría de este 2023.
Con cierta duda de cómo sería el ambiente en la concentración, la selección afrontó el Mundial más optimista y con la esperanza de, al menos, superar por primera vez un cruce. El arranque fue positivo con las victorias sobre Costa Rica (3-0) y Zambia (5-0), pero el panorama se ensombreció con la goleada (4-0) y la imagen dada en el primer examen serio ante Japón.
Jorge Vilda decidió retocar cosas, con alguna decisión sorprendente como la de poner a Cata Coll en la portería en lugar de Misa Rodríguez, y a partir de ahí España fue imparable. Arrolló a Suiza en octavos (5-1) para dar el primer paso en la historia antes de tirar de épica y carácter en cuartos ante los Países Bajos (2-1), con el gol de Salma Paralluelo en el tramo final de la segunda parte de una prórroga a la que se había llegado por un despiste en el 91, y en semifinales ante la rocosa Suecia, con un gol de Olga Carmona en el 89 cuando las suecas acababan de empatar.
España estaba en la final del Mundial y había desatado ya totalmente la ilusión por la 'Roja' en el país. Enfrente, la campeona de Europa y casi imbatible Inglaterra, pero sometida también por el estilo de las españolas, lideradas sobre todo por Aitana Bonmatí, y ejecutada por otro zurdazo letal de la lateral del Real Madrid, que tras el partido conoció el fallecimiento de su padre.
CELEBRACIÓN EMPAÑADA Y NUEVA 'TORMENTA'
El pitido final en Sidney provocó la euforia y el inicio de la fiesta, empañada finalmente tras el inoportuno e innecesario beso del presidente de la RFEF Luis Rubiales a la delantera Jenni Hermoso en la ceremonia de final de partido. Hubo fiesta en Madrid donde las internacionales fueron agasajadas y recibimiento de las autoridades, pero en el ambiente seguía planeando esa acción. El dirigente federativo convocó una asamblea donde parecía que iba a dimitir, pero finalmente no lo hizo, aunque un día después la FIFA le suspendió durante 90 días, para inhabilitarle en octubre durante tres años.
Todo originó un movimiento de reacción de las propias jugadoras, unidas y solidarizadas con Hermoso, tanto las internacionales del momento, como compañeras o jugadoras del pasado, con un comunicado con el #SeAcabó firmado por 80. Todas las campeonas del mundo renunciaron a ser convocadas, salvo Athenea del Castillo, hasta que hubiera cambios en la RFEF y el primero de ellos fue el de poner fin a la etapa de Jorge Vilda y sustituirle por su hasta entonces segunda, Montse Tomé.
Sin embargo, las futbolistas continuaron en su firme postura y esto provocó que la asturiana no pudiede ser presentada y dar cuando estaba previsto su primera lista por el inicio de la Liga de Naciones, competición clave para estar en los Juegos Olímpicos. Lo hizo días después y sorprendió a todos con una convocatoria con todas las futbolistas que habían dicho que no querían ir, además de Mapi León y Patri Guijarro y algunas del grupo de 15 (Laia Aleixandri o Lucía García) que no habían ido al Mundial.
Las jugadoras, presionadas por la obligatoriedad de presentarse a la convocatoria, acudieron visiblemente molestas a una concentración que fue finalmente en Oliva (Valencia) donde se reunieron todas las partes, con el CSD y Víctor Francos de mediador, y que empezó la tarde del martes 19 de septiembre y acabó casi en el amanecer del miércoles, aunque con final 'feliz' ya que las futbolistas, salvo León y Guijarro, aceptaron quedarse para pelear por el sueño de París.
La selección volvió a mostrar su calidad y competitividad y se ganó el billete a la 'F4' de la Liga de Naciones al liderar un grupo con Suecia, Italia y Suiza. Lo hizo con solvencia, salvo en el duelo de vuelta ante las italianas, donde hubo nueva polémica, esta vez con Aitana Bonmatí y el lío que hubo con su cambio y que provocó que el equipo saltase a la segunda parte con 10.
Hubo cruce de responsabilidades y volvió a emerger cierta tensión para el partido final ante las suecas, cerrado con una espectacular remontada en la segunda parte (5-3). España completó su gran 2023 en lo deportivo con un histórico ascenso al primer puesto del ranking de la FIFA y con el sueño en 2024 de lograr una histórica clasificación para los Juegos. La fecha marcada en rojo es el 23 de febrero en Cádiz, donde un triunfo ante Países Bajos la confirmaría. A estos éxitos de la Absoluta, hay que añadirle un nuevo Europeo para la Sub-19 y un subcampeonato para la Sub-17.