Desde el laboratorio hasta lo más alto del podio en Uzbekistán, Isabel Calvo ha conquistado un logro inédito para el deporte español. Con solo tres años de entrenamiento en artes marciales mixtas (MMA), esta madrileña de 28 años ha hecho historia como la primera española en coronarse campeona del mundo amateur de MMA en la categoría peso paja (52,5 kilos). Sin embargo, su 2024 no solo será recordado por esta hazaña deportiva, sino también por culminar su doctorado en Biomedicina, un doble desafío que la llevó a dividir su tiempo entre la ciencia y el deporte.
De la ciencia a la jaula
La relación de Isabel con las MMA comenzó casi por casualidad en 2022, cuando asistió a una clase de grappling por invitación de un amigo. Intrigada por lo que ocurría en el área de MMA del gimnasio, decidió probar suerte. Sin experiencia previa y apenas conocimiento técnico, aceptó competir en los campeonatos de Cataluña tras solo mes y medio de práctica. Aunque perdió su primer combate, aquella derrota marcó el inicio de su pasión por este deporte.
“Sabía que si iba a dedicarle tantas horas, tenía que apuntar alto”, recuerda Isabel, quien dejó los entrenamientos recreativos para unirse a un gimnasio profesional. Allí encontró un entorno exigente que la ayudó a enfocarse en sus objetivos: convertirse en campeona y alcanzar la excelencia en cada combate.
Rutinas extremas y sacrificios
Durante su etapa doctoral en Barcelona, Isabel compaginó largas jornadas de entrenamiento con intensas sesiones en el laboratorio. Su rutina diaria incluía ejercicios físicos a primera hora, experimentos durante el día y entrenamientos de MMA por la tarde, regresando al laboratorio hasta la madrugada. “Era agotador, pero lo hacía porque me apasionaba”, comenta. Aunque su familia inicialmente se mostró reacia, tras presenciar su progreso y éxito, se convirtieron en sus mayores apoyos.
El camino no estuvo exento de desafíos. “En mi debut me partieron la nariz, y fue un combate sangriento. Mi familia quedó horrorizada, pero con el tiempo aceptaron mi pasión”, comparte Isabel. Esa dedicación y resiliencia la llevaron a no establecerse límites, entrenando hasta cinco horas diarias para llegar a la cima.
El momento más emocionante: Uzbekistán
En noviembre, Isabel conquistó el Campeonato Mundial de MMA Amateur celebrado en Uzbekistán, subiendo al podio mientras sonaba el himno nacional. “Creí que no me emocionaría, pero estaba llorando. Fue uno de los momentos más hermosos de mi vida”, relata con orgullo.
Entre la ciencia, el deporte y un nuevo sueño
Con el doctorado terminado, Isabel ahora se centra en su debut profesional en MMA, aunque ya tiene otro objetivo en mente: opositar para ser bombera. “Es una profesión gratificante y compatible con mi carrera en las MMA, que no durará para siempre”, explica. La biomedicina, por su parte, ha quedado como una afición, pero sigue siendo parte de su vida: “Leo artículos científicos por interés, pero mi verdadera pasión está en el deporte”.
Isabel Calvo es un ejemplo de cómo la disciplina y el compromiso pueden abrir puertas en caminos aparentemente opuestos. Una campeona dentro y fuera de la jaula, que sigue demostrando que los límites están para superarse.