Quique Gallego, del alcohol y las drogas a ser atleta de élite
Algo cambió en la cabeza del malagueño cuando una mañana se miró al espejo y decidió cambiar su vida por completo. En tan solo tres años ha conseguido dejar su adicción y convertirse en campeón de Europa.
Su vida era totalmente diferente antes de empezar en el mundo del deporte. Su rutina era la fiesta, el alcohol y las drogas. Él mismo confiesa que si no consumía cocaína no tenía fuerzas para afrontar el día. Pero todo eso cambió una mañana que decidió que no podía seguir así. Tres años han pasado desde que Quique tomó esa decisión y a día de hoy es campeón de Europa de skyrunning, un deporte de montaña que requiere una gran capacidad física.
El cambio comenzó con el simple gesto de ponerse las zapatillas y salir a correr un rato por el monte acompañado de su perra. A pesar de haber salido de fiesta y haber consumido esa misma mañana, esta acción supuso el inicio de su nueva vida. Apostó por el atletismo y fue lo que terminó salvándole la vida. A sus 35 años, Quique es un hombre totalmente distinto, fuerte y deportista que afirma que el atletismo es su vida y felicidad.
Su situación de dependencia era extrema, perdió su trabajo, vendía sus pertenencias para poder comprar la droga que consumía y se pasaba durante horas metido en el bar hasta emborracharse. A día de hoy, reconoce que no se podía ni mirar al espejo debido a su demacrada imagen.
Nació y creció en el pueblo malagueño de Júzcar, conocido como el pueblo de los pitufos por el azul de sus casas. Fue a sus 20 años cuando cayó en ese mundo de adicción, movido por el estilo de vida del grupo de amigos con los que se juntaba en aquella época. "Al principio era algo esporádico hasta que finalmente, caí", explica.
El 16 de julio el atleta ganó el título por equipos del campeonato de Europa en skyrunning, algo que no se esperaba que ocurriese tan rápido. Cuatro oros, dos platas y dos bronces obtuvo en Montenegro en representación de España junto a su equipo. Acumuló 944 puntos entre diferentes pruebas como el kilómetro vertical, la SkyRace de 30 kilómetros y la SkyUltra de 50 kilómetros.
A su regreso, los vecinos de Júzcar le recibieron entre gritos de alegría, abrazos y felicitaciones ya que, los más cercanos, conocen la historia de Quique y se sienten orgullosos al ver todo lo que ha conseguido. Ahora, manda un mensaje esperanzador a todos aquellos que se encuentran en el pozo en el que se encontraba él, animando a no perder ni un segundo más de sus vidas.