Sorribes y Bucsa mantienen en el olimpo al dobles femenino: medalla de bronce
La pareja del dobles femenino del tenis ha sumado para España una nueva medalla de bronce. Sara Sorribes y Cristina Bucsa han ganado a la pareja checa Nuskova – Muchova por un 6-2 y 6-2.
Después de las malas sensaciones con las que se fueron el viernes derrotadas por la pareja rusa en semifinales, era toda una incógnita el saber cómo afrontarían este domingo la final de consolación. En su mano estaba el emular a parejas míticas del tenis español como Arantxa y Conchita en Barcelona 92 o Vivi Ruano junto a su capitana hoy en día, Anabel Medina, en Sidney 2000.
Olvidadas las semifinales desde la primera bola
Desde la primera bola de partido se vio a otra pareja, una dupla mucho más activa y, sobre todo, más convencida de sus posibilidades. Algo de lo que carecieron en las semifinales. Se apuntaron el primer punto y el primer break del choque a su favor (0-1).
La confirmación luego de Sorribes al servicio demostró que los nervios en este partido los portaban las jugadoras checas. En todo el primer set solo pudieron apuntarse dos servicios. Los otros dos juegos con su saque cayeron del lado de Bucsa y de Sorribes, por lo que el primer set se cerraría en 31 minutos con un claro 2-6.
Demasiados errores en la pareja checa
El segundo asalto en el duelo por el bronce arrancaría de la misma manera, con la pareja española rompiendo el saque de Noskova a la segunda bola de break que se les presentaba (1-0). Seguían aletargadas las checas.
Con 3-0 en el set, Bucsa perdió su servicio con lo que a Muchova y Noskova se les abrió una puerta con la que no se contaba (3-1). Confirmaron su rotura, 3-2, y se jugaron todo al sexto juego. Llegaron a ponerse 40-30, presionaron a España, pero apareció Sorribes para taladrar la muralla checa en la red por todo el medio (4-2).
Ahí verían el fin las tenistas centroeuropeas. No levantaron ya cabeza. Concederían su siguiente servicio a cargo de Muchova, 5-2, y el duelo concluiría con el saque de Bucsa (6-2). Gloria para una pareja que hace cuatro meses que ha comenzado a jugar juntas, desde el Mutua Madrid Open 2024, y que solo ha perdido un partido (las semifinales en París).
La sintonía que demuestran y lo capaces que son de divertirse en la pista, como se vio en el último punto, hacen que la ilusión por soñar con el oro solo pueda crecer.