19% de los españoles valora su bienestar financiero como bueno
La temporada navideña está asociada con celebraciones, reencuentros y momentos especiales. Sin embargo, las tradiciones de estas fechas, como la compra de regalos, la decoración del hogar, la preparación de comidas especiales o los desplazamientos para visitar a la familia, pueden generar un gasto significativo que afecta a la economía personal y generar un estrés adicional al tener que cumplir con las expectativas sociales y familiares. En este sentido, es importante equilibrar la alegría y la celebración con la responsabilidad financiera para mitigar el impacto negativo en la salud durante las festividades navideñas.
Actualmente, solo el 19% de los españoles valora su bienestar financiero como bueno, tal y como muestra el estudio Cigna International Health. Una situación que puede empeorar en estas fechas debido a la subida de precios en productos típicos navideños, como alimentos y bebidas, que pueden llegar a aumentar un 10% en esta época, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). A esto se suma el incremento de los costes energéticos en invierno, como la calefacción o la electricidad, lo que agrava la presión económica durante estas fechas. Este aumento generalizado de gastos no solo impacta en el bolsillo, sino también en la salud mental, contribuyendo al estrés, el insomnio y una sensación constante de preocupación. Y es que, el coste de la vida, la incertidumbre sobre el futuro y las finanzas personales son las tres principales causas de estrés, así como indica el estudio Cigna International Health 2024. Además, la presión social de participar en actividades que supongan un gasto puede contribuir a que las personas que no puedan permitírselo cancelen planes y, como consecuencia, se sientan socialmente desconectadas, lo que intensifica la tristeza o el estrés durante las fiestas. No poder asistir a cenas, intercambios de regalos o viajes familiares genera un sentimiento de exclusión que afecta la autoestima y el bienestar emocional.
"Las fiestas navideñas pueden ser un momento de mucha alegría, marcado por celebraciones, reencuentros y momentos especiales en familia. Sin embargo, también son una época en la que las expectativas sociales y familiares pueden generar una gran presión económica y emocional, afectando tanto al bienestar financiero como a la salud mental. Esta combinación de factores puede desencadenar estrés, ansiedad e incluso sentimientos de exclusión en aquellas personas que no pueden cumplir con ciertos estándares de consumo. La clave está en aprender a gestionar los gastos de manera responsable, priorizando lo que realmente importa y buscando alternativas creativas y significativas que permitan disfrutar de las celebraciones sin comprometer el bienestar personal", explica la Dra. Daniela Silva, especialista en Medicina Interna y E-Health Medical Manager de Cigna Healthcare España.
Para poder disfrutar de esta temporada sin que los gastos afecten a la salud mental ni al bienestar financiero, los expertos de Cigna Healthcare facilitan cinco estrategias:
- Priorizar las compras inteligentes. La planificación anticipada es clave para evitar el estrés y el sobrecoste de las compras de última hora. En lugar de intentar aprovechar todas las ofertas, es preferible comprar de manera consciente e inteligente, diferenciando entre lo que se podría considerar una necesidad y un capricho. Antes de realizar cualquier gasto, es útil hacer una lista de prioridades para comparar precios y evitar caer en la tentación de comprar más productos que realmente no sean necesarios por el simple hecho de estar rebajados.
- Establecer un presupuesto navideño. El primer paso para evitar los gastos extra es establecer un presupuesto claro y alcanzable. Para ello, se puede utilizar el método de sobres, asignando una cantidad fija de dinero a cada categoría (regalos, comida, decoración, etc.) y colocando ese dinero en un sobre físico o digital. De esta forma, una vez que se acabe el dinero de cada sobre, no se podrá gastar más en esa categoría. Así, se evita caer en la tentación de realizar compras impulsivas que, al final, podrían generar un gran desajuste financiero.
- Proponer acuerdos para los regalos. Una de las principales fuentes de estrés durante las fiestas es la presión social y familiar. Es esencial hablar de manera abierta y empática con las personas más cercanas sobre los límites financieros para aliviar las tensiones y evitar la sensación de exclusión. Al mismo tiempo, abrir un diálogo sobre alternativas económicas, como organizar un "amigo invisible" entre familiares o amigos para limitar la cantidad de regalos que se deben comprar, o intercambiar experiencias en lugar de algo material con un coste elevado, como hacer una excursión diferente o cualquier actividad grupal, puede ayudar a reducir la carga emocional que conlleva la presión de cumplir con expectativas.
- Autorregalarse tiempo. La Navidad no solo implica regalos físicos, sino también la oportunidad de disfrutar de momentos de descanso y desconexión. Reservar tiempo para uno mismo, lejos de las responsabilidades y las expectativas, es fundamental para mantener el bienestar mental. Ya sea a través de una actividad que se disfrute, como leer, caminar o practicar meditación, el tiempo de calidad es un regalo que beneficia tanto la salud emocional como física.
- Celebrar la compañía. La temporada navideña no tiene que ser sinónimo de grandes compras. Fomentar celebraciones más accesibles, como hacer una cena casera, realizar juegos familiares o incluso realizar intercambios de pequeños detalles hechos a mano, pueden generar momentos de unión sin necesidad de incurrir en grandes gastos. Es importante valorar el tiempo compartidocon los seres queridos, ya que esos momentos son los realmente valiosos y perduran para siempre. El enfoque debe estar en la calidad de lo vivido juntos, más que en el precio de los regalos o actividades.