La bajada de precios en materias primas acerca el fin de la inflación
Bienes como el petróleo o los cereales llevan dos meses por debajo de los máximos alcanzados tras la guerra
El máximo que alcanzaron los precios estos últimos meses parece haber llegado a su fin. Los precios de materias primas clave como las gasolinas o los cereales, que alcanzaron máximos tras la invasión rusa de Ucrania, comienzan a dar señales de alivio. El comienzo de la esperada 'desinflación' podría estar cerca. Sin embargo, el proceso se antoja muy lento. El fuerte encarecimiento del gas en Europa en las últimas semanas (con récords históricos de precios), amenaza con prolongar todavía más la crisis de precios.
El trigo se compra y vende en el mercado mayorista prácticamente al mismo precio que cuando arrancó el conflicto. El alivio en los mercados petrolíferos se ha notado en el surtidor. El precio medio de la gasolina 95 en agosto es un 11% más bajo que en julio, mientras que el diésel se ha abaratado un 8%.
"Las materias primas, el crudo… todo está bajando. Buena parte de lo que ha generado inflación a partir de otoño del año pasado está desapareciendo e incluso va a aportar deflación: los precios de esos productos van a estar por debajo de lo que estaban hace un año", explica a este periódico Manuel Hidalgo, profesor de economía en la universidad Pablo Olavide e investigador en Esade. "Si no estamos en el tope, yo creo que ya estamos viendo el final de la subida", añade.
"En el muy corto plazo el índice general [del IPC] se va a moderar un poco. En agosto seguramente no tengamos subidas del diez y pico, sino algo alrededor del 9%", explica un experto de una prestigiosa institución de análisis española que pide no revelar su nombre. En julio, el Índice de precios de consumo (IPC) interanual alcanzó el 10,8%, el máximo desde que empezó la crisis inflacionaria y una cifra sin precedentes en 38 años.
No obstante, el gas, el protagonista indiscutible de esta crisis, lleva encareciéndose sin parar desde junio y ha alcanzado máximos históricos en los últimos días. En España, es todavía un 63% más cara que antes de que Rusia invadiera Ucrania, y a medida que se acercan los meses fríos, las dudas sobre el suministro crecen.
Los altos precios del gas se están contagiando al mercado eléctrico, aunque la excepción ibérica está amortiguando parcialmente el golpe. El precio de la luz mayorista se ha disparado un 8,4% en agosto en comparación con julio, impulsada por la subida del gas y la bajada en la producción de renovables.
"No daría el shock energético por terminado y no sería excesivamente optimista con una desinflación rápida. Los mercados de futuros están descontando un final de año con menos demanda y con precios más bajos. Parte de la desaceleración vienen de las expectativas de recesión", defiende el otro analista consultado, que sostiene que no veremos una inflación del 2% hasta 2024.
La Organización Mundial del Comercio ya aprecia que el comercio mundial se ha ralentizado en el segundo trimestre y cada vez son más los analistas (UBS o Goldman Sachs han sido los últimos) que vaticinan que la zona euro podría entrar en recesión en la segunda mitad del año. Los indicadores de actividad comienzan a reflejar un freno en el consumo en el Viejo Continente con una nueva subida de tipos prevista en la eurozona en menos de dos semanas.