En los últimos años un mayor número de personas ha decidido invertir en determinado tipo de monedas históricas para preservar su patrimonio, según Tauler&Fau
Muchos medios económicos y profesionales del sector consideran que se avecina una más que probable recesión en muchas economías occidentales, divisas volátiles y una inflación creciente. Esta situación no ofrece muchas garantías a los inversores. Por eso, muchos ahorradores ven todo un reto preservar su capital. Aquellos que escogen las opciones clásicas, como cuentas bancarias, depósitos o fondos de inversión, apenas lo rentabilizan. ¿Existe alguna fórmula para salvaguardar el patrimonio que sea complementaria a las tradicionales?
Muchos ahorradores e inversores están diversificando su estrategia, y han encontrado en el mercado numismático un valor refugio. ¿Qué ventajas ofrece adquirir determinado tipo de monedas antiguas?
Los beneficios son muchos. La mayor virtud que tiene la numismática es que, a diferencia de determinados activos financieros, la moneda es un bien tangible, cada vez más demandado, escaso y duradero. Otra gran ventaja es que este activo ofrece una alta rentabilidad con el paso de los años. Algunos coleccionistas valoran la liquidez casi inmediata que pueden obtener, gracias a que es posible vender las piezas en cualquier lugar del mundo. Además, la numismática soporta mejor los vaivenes macroeconómicos y el riesgo divisa.
¿Qué tipo de moneda tiene valor numismático y potencial de rentabilidad futura? Según Jacobo Fau, socio-director de la casa de subastas numismáticas Tauler&Fau, "existe la creencia popular de que cualquier moneda tiene una alta capacidad de revalorización, y erróneamente se tiende a pensar que cualquier moneda relativamente reciente y de cualquier material se puede vender por precios desorbitados pasados unos años". Según Fau, "es necesario recibir asesoramiento experto. Ese es precisamente el servicio que una casa de subastas numismáticas reconocida debe ofrecer a sus clientes, asegurándose de que las piezas seleccionadas cumplen determinadas condiciones, dependiendo de su estado de conservación, procedencia, material (en gran parte de los casos son piezas de oro o plata), lugar de acuñación, escasez y potencial de revalorización".
La diferencia entre el precio de salida y el precio de venta de algunas monedas antiguas vendidas recientemente en subastas atestiguan lo demandadas que son en el mercado del coleccionismo. ¿Qué rentabilidades se pueden llegar a obtener? Según Tauler&Fau, el incremento medio de los precios de salida de todas las monedas que ellos han subastado en 2022 (un total de 16.102), se ha visto incrementado en un 85%. Además, el porcentaje medio de lotes vendidos en su casa de subastas es uno de los más altos del mercado, alcanzando el 98,3% en este ejercicio. Por exponer algún caso reciente, una medalla escasa del año 1869 salió a subasta por 3.000 euros y se adjudicó finalmente por 21.000 euros.
Otros coleccionistas más especializados optan por piezas más exclusivas. Por ejemplo, en marzo de este año se subastó una moneda portuguesa de 10 cruzados, acuñada en Lisboa durante el reinado de Manuel I (1495-1521). Esta moneda de oro guineano de 35,33 gramos, proporcionado por las exploraciones de Vasco da Gama y con más de 600 años de antigüedad, salió a la subasta por 30.000 euros y fue vendida por 100.000 euros. Este ejemplo claramente evidencia que el ser un bien raro y escaso le otorga a la moneda antigua una exclusividad ejemplar y única.
¿Cualquier persona sin conocimientos previos en numismática puede invertir en monedas históricas? Sí, pero es importante acudir a profesionales que brinden el asesoramiento necesario según las circunstancias particulares. ¿Con qué cifra se puede iniciar la adquisición de un pequeño patrimonio numismático? Según Jacobo Fau "hay clientes que comienzan con piezas menos exclusivas que conllevan inversiones inferiores a los 1.000 euros. Lo que sucede en la inmensa mayoría de los casos es que progresivamente van sintiéndose con más confianza para pujar por piezas más destacadas".
En definitiva, la numismática es un bien tangible en auge, refugio económico en tiempos inciertos y que otorga estabilidad, confianza y flexibilidad al ahorrador, además de sumar el atractivo de poseer objetos exclusivos que han sobrevivido a la historia durante cientos o hasta miles de años.