Mar de Frades apuesta por la sostenibilidad y se compromete a la mejora de la biodiversidad en sus viñedos
La bodega se propone reducir el pesos de las botellas de vidrio y reemplaza las etiquetas de plástico por papel.
La bodega Mar de Frades en su apuesta por la sostenibilidad se ha comprometido, dentro de su programa 'conscious', a reducir un 20% el consumo de agua, la emisión de gases de efecto invernadero, el consumo eléctrico y alcanzar el residuo cero para el 2023.
En concreto, la bodega trabaja también en áreas relacionadas con el viñedo, como la mejora de la biodiversidad, la agricultura de precisión, sistemas de riego inteligentes y prácticas sostenibles en compostaje de los residuos.
La compañía apuesta por reducir el peso de la botella de vidrio, lo que supondrás situar en un 16% la reducción de 93 toneladas de vidrio al año y 47 toneladas de dióxido de carbono (CO2). Además, a partir de la añada de 2020, ha reemplazado las etiquetas de plástico por papel en el 'packaging'.
La directora técnica de Mar de Frades, Paula Fandiño, ha subrayado que la sostenibilidad "es un camino ineludible" para la bodega. "En 2021, ya hemos logrado algunos hitos como la obtención del certificado vegano en nuestros vinos y la entrada en Wineries for Climate Protection", ha avanzado.
"Cada día podremos dar nuevos pasos con el propósito de dejar la menor huella posible en el desarrollo de nuestra actividad, así como, conseguir una concienciación de la realidad y dificultad en la que vive nuestro entorno más próximo, y que hace de Mar de Frades su identidad única, su viñedo, los ríos y el mar principalmente", ha señalado.
Mar de Frades reconoce que se enfrenta a un presente condicionado por los cambios en el clima cada vez más notables e inestables en Galicia, que afectan directamente al desarrollo de su actividad y el vino.
"Los inviernos más templados acompañados de fuertes lluvias provocan la maduración precoz de la oospora de mildiu, las temperaturas mínimas son más altas permitiendo cualquier brote pequeño de hongo, los veranos más calurosos combinados con los suelos franco arenosos de la zona, que no retienen el agua, provocan un estrés hídrico en la planta, los episodios meteorológicos más extremos y cambiantes ocasionan el adelantamiento del ciclo de la vid", ha explicado la responsable de viticultura de la bodega, Mónica Chaves.