El presidente del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), Andrés Zamorano, ha insistido en la necesidad de que España aumente el precio de las cajetillas de tabaco vía impuestos en la próxima batería de medidas legislativas contra el tabaquismo.
"Quizá si hubiera que tomar una sola medida, si nos dieran a elegir, sería subir el precio a través de impuestos que repercuten al final en lo que el consumidor paga. No podemos permitir que nuestro tabaco cueste cinco euros y en Francia diez", ha señalado Zamorano en una entrevista con Europa Press.
El CNPT ha sido una de las organizaciones participantes en la redacción del 'Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo 2021-2025', cuyo primer borrador, conocido en diciembre, ya esboza unas ideas de la futura regulación en España del tabaco, la primera causa de muerte evitable y causante de unas 69.000 muertes al año.
Entre otras medidas, se contempla incrementar los impuestos de los cigarrillos y sus derivados, aumentar los lugares libres de humo para que no se pueda fumar en los coches o fijar un empaquetado genérico en las cajetillas.
Este último punto parece precisamente el más cercano, pues el Gobierno incluyó en su Plan Anual Normativo 2022 la modificación del Real Decreto 579/2017 para introducir las cajetillas neutras tanto en los cigarrillos como en el tabaco de liar, "en línea con diversos países del entorno europeo y con otros a nivel mundial y de cara a satisfacer las demandas expresadas en este sentido tanto por las sociedades científicas como por las entidades civiles relacionadas con la materia".
El presidente del CNPT considera "necesario" el empaquetado neutro para "seguir avanzando" en la lucha contra el tabaco, estancada en España desde la última actualización de la Ley en 2010.
"Eliminaría definitivamente la publicidad del tabaco, ya que los paquetes son una especie de vallas móviles; reduciría el atractivo de la marca, lo que hace que menos jóvenes se inicien en su consumo; reduciría las falsas creencias de que hay cigarrillos que tienen menos riesgo para la salud; bajaría el porcentaje de fumadores, como se está observando en Australia desde 2013. Lo avalan los hechos y no las suposiciones", enumera.
En cualquier caso, tal y como indicaron fuentes sanitarias, el borrador de diciembre era todavía un documento "técnico" y "muy preliminar", que aún tenía que recibir las aportaciones tanto del sector sanitario como del jurídico, por ejemplo, en vista de las restricciones que podría imponer la nueva norma.
Tras las aportaciones al plan realizadas hasta el 15 de diciembre por todos los agentes implicados, Zamorano no prevé nuevas reuniones y debates con el Ministerio de Sanidad, más allá de una vez el documento esté preparado.
Más caro y en menos lugares
En su opinión, esta iniciativa necesita de "medidas conjuntas". "No se puede subir el precio solo, ni únicamente aumentar los espacios libres de humo... Esto tiene que ir acompañado de un plan integral desde diferentes ámbitos", detalla.
Por ejemplo, más allá de nuevas restricciones, pide incrementar las ayudas a los fumadores para que puedan dejarlo. "Lo que funciona son el conjunto de medidas: subir el precio, aumentar los espacios sin humo, el empaquetado neutro, las campañas publicitarias potentes y periódicas para prevenir el inicio del consumo y ayudar a su cesación, etc.", argumenta el experto.
La medida 'estrella' en las alegaciones del CNPT al plan del Ministerio es la creación de un órgano, dependiente de la Presidencia del Gobierno, que coordinara toda la acción contra el tabaquismo. "Debería haber una gobernanza única, porque están implicados un montón de ministerios y Sanidad no tiene la capacidad suficiente para coordinar", ha esgrimido Zamorano.
Otro de los aspectos clave para Zamorano es la equiparación de la publicidad de los cigarrillos electrónicos con la del tabaco convencional, es decir, que no se puedan anunciar en medios de comunicación, por ejemplo.
"Hay muchos 'influencers' que realizan publicidad de este tipo de productos. Muchos de los jóvenes se inician con el tabaco pero otros también con los cigarrillos electrónicos. Todo esto hay que regularlo", ha expuesto.
Por último, entre otras consideraciones, el presidente del CNPT considera que "no es suficiente" establecer los dos metros de distancia entre las mesas en una terraza para poder fumar, por lo que opta por prohibir el consumo de tabaco también en estos espacios.
"Hay paso de sustancias tóxicas a la mesa de al lado. No hay ningún umbral pequeño seguro. Un solo cigarrillo hace daño y el humo de segunda mano también enferma", ha remachado.
Por todo ello, Zamorano insta a que España "vuelva a ser el país referente en la lucha contra el tabaco que fue en 2005". "Somos un país moderno, nos tenemos que comparar con los del norte de Europa. Este plan debería ser un preámbulo de una nueva Ley Antitabaco", ha concluido.