Ha pasado poco más de un año desde que Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE), anunció que subiría los tipos en la eurozona —tras 11 años las tasas de referencia en 0— y ya hay quienes vaticinan que la dureza de la política monetaria de la institución europea está llegando a su zona más oscura y que pronto acabará. Pero, ¿de verdad se está tan cerca de la meta?
“No se trata de ser pesimistas, sino realistas. Resulta complicado predecir si estamos cerca de tocar el techo en la vorágine de la subida de tipos. Esto se debe a que hay muchos factores que entran en juego. Primero, la inflación sigue apretando en la zona euro —5,3% en julio—. Aún no llegamos al deseado 2%; segundo, el miedo latente a entrar en una recesión genera cada vez más ruido; tercero, el preocupante parón chino podría poner a tambalear las economías mundiales; cuarto, el costo de la inversión en transición ecológica es incierto y por último, aún no se puede saber qué cambiará el auge de la inteligencia artificial”, desarrolla Olivia Feldman, economista y cofundadora del comparador financiero HelpMyCash.com
Lo cierto es que Europa está pisando arenas movedizas. Aún le quedan tres reuniones más al BCE este año y para la analista del comparador es más que probable que Fráncfort subirá como mínimo una vez más los tipos. Y es que no se puede obviar lo que sucedió en el simposio de política económica y monetaria de Jackson Hole (Wyoming, Estados Unidos), —-primera vez que Lagarde acude como presidenta de la institución— tanto el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, como la francesa coincidieron en que la batalla contra la inflación no ha terminado. “No perderemos de vista nuestro objetivo. Debemos mantener y mantendremos la inflación en el 2% a medio plazo”, comunicó con rotundidad Lagarde.
“En este sentido, asegurar que los tipos han llegado a su tope y empezará una inminente bajada es ingenuo. Eso no quiere decir que estemos lejos de la meta. Si estuviéramos en una maratón, diría que hemos pasado lo peor, y que solo queda resistir. Sí, estamos en la recta final, pero aún hay camino por recorrer”, advierte Feldman.
Y más allá de la subida de tipos, para la cofundadora de HelpMyCash es crucial hacerse otra pregunta: ¿cuánto tiempo más permanecerán altos? “Si algo se puede abstraer de la reunión en Wyoming, es que es muy probable que necesitemos aguantar durante un tiempo muy largo”, subraya la economista. “La era del dinero barato no parece que vaya a volver a corto plazo. Eso significa que habrá consecuencias para el mercado hipotecario” sostiene.
Entonces, aunque el euríbor vaticine una disminución de tipos — bajó en agosto tras 19 meses de subidas— tendría que ocurrir un gran golpe a la economía europea —caída en picada del PIB, desempleo desbocado, morosidad incontrolable…— para que el BCE accediera a amarrarse las manos, dar un paso atrás y bajar los tipos de interés.
“Para nosotros, en HelpMyCash, los hipotecados a tipo variable todavía no van a cantar victoria. A lo sumo, tomarán un respiro y sus cuotas no se encarecerán más de lo que ya están. Queda aún trayecto para que su cuota se acerque a lo que solía ser”, justifica.
En este contexto, Feldman aconseja sin titubear: “si tienes una hipoteca variable, nuestro consejo es cambia a una mixta o fija. Haz tus números y escoge la que más le convenga a tu presupuesto familiar”, puntualiza.