A partir de un formulario, se asigna un especialista según el tema que vaya a tratar cada TFG del estudiante. Muchas veces, antes de comenzar, la primera toma de contacto es una especie de consultoría en el que, según los objetivos y condiciones que suponga el trabajo se asigna un presupuesto u otro.
Por ejemplo, en el caso de un Trabajo Final de Máster, el precio de la página ronda los 20 euros y, teniendo en cuenta que debe tener una extensión de unas 400 caras, estaríamos hablando de 8.000 euros en el caso de las Tesis Doctorales.
Todo este negocio parece una mina de oro y una gran oportunidad para aquellos estudiantes que se lo puedan permitir pero, la realidad es otra porque es completamente ilegal. En estos trabajos tienen muy en cuenta la información tanto falsa como copiada, por lo que se podría considerar como plagio. Además, se estaría incurriendo en un delito de falsedad de documento oficial, lo que supondría una pena de cárcel de seis meses a un año.