La Ley de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia, impulsada por el Ministerio de Educación y Formación Profesional, recoge en su artículo 35 la creación de la figura conocida como el “coordinador de bienestar”. Este nuevo rol será obligatorio en todos los centros educativos en los que cursen sus estudios jóvenes menores de edad, promoviendo el bienestar del alumnado. Figura que surge para crear entornos favorables para la convivencia de todos los agentes de la comunidad educativa, centrándose en el alumnado.
Ante los retos y desafíos que supone la implantación de la figura del coordinador de bienestar en los centros educativos españoles, Macmillan Education referente en la implantación del programa KiVa para la prevención del acoso y mejora de la convivencia, desgrana las claves de esta nueva figura. Asimismo, los expertos de la compañía ponen en valor los beneficios que este programa, impartido en español, catalán y euskera, tiene en el marco de la introducción de este rol en las aulas españolas.
Derechos e inteligencia emocional: fomentar la convivencia y protección
Tal como establece la Convención de los Derechos del Niño, todos los niños y niñas tienen derecho a estar informados y conocer cuáles son sus derechos como, por ejemplo, la protección o la oportunidad de desarrollarse en un contexto favorable para impulsar todo su potencial tanto cognitivo como socioemocional. El programa KiVa trabaja con el alumnado en el conocimiento de los derechos y deberes de los jóvenes, ya que se trata de la mejor forma de ayudar a su protección. Algo que, por otro lado, se sitúa como una de las principales áreas de acción del coordinador de bienestar.
Esta nueva figura tendrá como principal cometido ayudar a los niños y niñas a la adecuada gestión de las emociones, fomentando su capacidad de adaptación y hacer frente a las adversidades. De forma previa al surgimiento de esta figura, el programa KiVa trabaja numerosas actividades para conocer estos temas en profundidad, logrando un correcto desarrollo de las habilidades sociales.
Entornos seguros para favorecer el potencial del alumnado
El coordinador de bienestar llegará a las aulas para hacer de los centros educativos un entorno favorable, logrando convertirse en una figura cercana al alumnado para que compartan sus preocupaciones. Desde Macmillan Education recuerdan que, a través de KiVa, los profesionales en la prevención y lucha contra el acoso escolar se encuentran presentes en los centros educativos, permitiendo que los jóvenes reconozcan el ámbito educativo como un entorno favorable y el intercambio de ideas y opiniones para la solución eficaz de conflictos.
Formación a todos los agentes de la comunidad educativa
Al igual que ocurre con el nuevo rol impulsado por el Ministerio de Educación y Formación Profesional, el programa KiVa tiene como base lecciones donde se trabajan el desarrollo del asertividad y la no tolerancia al maltrato. Actividades que permiten hacer frente al acoso escolar, actuando desde la detección temprana de esta problemática de forma temprana por parte del alumnado.
Si bien es cierto que los niños y las niñas deben disponer del conocimiento y las herramientas necesarias para lograr la reducción de la incidencia del acoso en el ámbito educativo español, los docentes deben recibir una formación adaptada a las necesidades de la realidad, así como el claro conocimiento de las características del fenómeno del acoso escolar que les permita su identificación. Por ello, el programa KiVa lleva a sus expertos de primer nivel a los centros educativos que han optado por implantar el programa para así compartir su experiencia, y conocimientos para lograr una mayor eficacia en la detección, intervención y seguimiento de los casos de acoso escolar.
Raquel Pastor, responsable del programa KiVa en Macmillan Education, concluye que “el programa KiVa cuenta con una dilatada experiencia en la detección temprana, intervención y seguimiento del acoso escolar. En la actualidad, el programa KiVa, distribuido por Macmillan Education, ya trabaja fomentando la cultura del buen trato entre compañeros y compañeras, la gestión y resolución del conflicto y fomenta el bienestar para el alumnado consolidando su sentimiento de pertenencia al centro educativo”.