La defensa de España, la valoración del Ejército o el interés por aspectos relacionados intrínsecamente con la profesión, como viajar o practicar deporte, son algunos de los principales motivos que llevan a la juventud española a alistarse en las Fuerzas Armadas. Están son, al menos, las principales conclusiones de un estudio sobre sociología militar realizado por la Universidad de Córdoba, en el que se pone de manifiesto que el componente vocacional sigue siendo un factor importante a la hora de tomar esta decisión.
El trabajo ha sido realizado a partir de las doce encuestas sobre Defensa Nacional y Fuerzas Armadas realizadas para el Ejército por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CSIC) entre 1997 y 2017. Tal y como explica el investigador Jaime Aja, uno de los autores del artículo y experto en sociología del trabajo, el estudio ha utilizado como materia prima los datos recogidos en estos sondeos, a los que le han aplicado el denominado Modelo General de Incentivos (GIM) para discernir la complejidad de las motivaciones que llevan a la juventud a decantarse por la profesión militar.
"Al contrario de lo que inicialmente podría pensarse", explica el investigador, aspectos más individualistas como las condiciones de trabajo, la estabilidad laboral, la ideología o actitudes vinculadas a una visión más tradicional parecen no tener una incidencia positiva en esta elección. De igual forma, y según los resultados del trabajo, la clase social o la tradición militar en el contexto familiar tampoco tienen una influencia significativa.
Pocos cambios en las últimas décadas
Así mismo, el estudio refleja que todas estas motivaciones han sufrido pocas variaciones desde la década de los 90. Las razones que empujan a la juventud a alistarse al servicio militar, por tanto, se han mantenido más o menos estables durante los últimos 20 años, "algo especialmente sorprendente teniendo la cuenta la crisis financiera de 2008", explica Aja.
No obstante, tal y como subraya el investigador, es importante destacar que los datos de los que se nutre el estudio alcanzan hasta el año 2017, por lo que no incorporan nuevos elementos que podrían entrar en escena como la guerra de Ucrania, el auge de partidos políticos extremos o "la explosión de ciertos movimientos de identificación nacional".
El estudio, concluye el autor de la investigación, podría ser de utilidad para la comprensión de la sociología militar y tener implicaciones prácticas en términos de recursos humanos y reclutamiento de las Fuerzas Armadas, algo especialmente importante en un contexto de pérdida de efectivos y transformación de la profesión.