Cruz Roja promueve reuniones en zonas despobladas para fortalecer la vida en comunidad
Cruz Roja ha organizado reuniones vecinales en entornos rurales para impulsar la calidad de vida de la comunidad y empoderar sus vínculos, como en la zona de Arure (Santa Cruz de Tenerife), donde ya se han realizado tres reuniones en las que el vecindario ha expuesto y buscado soluciones a sus propios problemas, según ha señalado la organización.
Con estas reuniones como prueba piloto, buscan "empoderar y crear vínculos entre los habitantes para que no sólo sean sujetos receptores, sino que sean protagonistas de sus vidas y las de su municipio".
De este modo, mediante un modelo de voluntariado no tradicional, Cruz Roja dinamiza el desarrollo comunitario en entornos rurales (con el foco en municipios y zonas poco pobladas) a través de un voluntariado que, tras el apoyo externo inicial, haga sostenible al grupo local para que este plantee necesidades y las resuelva de forma local y autónoma.
Además, en estas sesiones de grupo, "cada participante aporta sus capacidades y, la suma de todos ellos, da como resultado una comunidad más resiliente y más fuerte, lo cual repercute positivamente en la salud física y mental de las personas que la componen, aumentando, además, su autopercepción de calidad de vida".
"Las primeras convocatorias están siendo todo un éxito; tal es así, por ejemplo, que en una de las reuniones hubo un señor mayor, muy culto y que tocaba el tambor, que dijo que le encantaría tener clases de música; justo en esa sesión estaba presente también la directora de la escuela de música que se comprometió a organizar esas clases. Surgió una necesidad y se le dio respuesta. Así de sencillo", han asegurado.
Igualmente, han señalado que la propia comunidad resuelve sus necesidades, propone actividades, y soluciona problemas que les afectan directamente con sus propios recursos y sin necesidad de esperar a las instituciones. "El éxito del proyecto residirá en que dentro de 10 años sigan existiendo estos grupos de personas que hagan de motor y dinamizadoras de su localidad, y continúen hacia adelante".
Además, de cara al próximo mes de septiembre, han avanzado que tendrá lugar la primera jornada de convivencia en Arure (Santa Cruz de Tenerife), a la que asistirán los participantes del proyecto de La Palma.
El proyecto piloto, subvencionado por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 dentro de la partida del IRPF estatal para 'Otros fines de interés social', se está testando en municipios menores de 1.000 habitantes con población concentrada (Paniza y Aguarón, en Zaragoza), de entre 2000 y 3000 habitantes con población concretada (Ossa de Montiel y El Bonillo, en Albacete) y población muy dispersa en localidades de menos de 1500 habitantes (Samos y Triacastela, en Lugo). Asimismo cuentan con Arure (dentro de Valle Gran Rey, en La Gomera) y Puntallana (La Palma), ambas con población muy dispersa y con el elemento diferenciador de la insularidad.