Despeñaperros esconde conjuntos de arte rupestre en lugares prácticamente inaccesibles

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Tierra mítica de bandoleros bendecida por una biodiversidad única, la Sierra Morena Oriental esconde dos misteriosas figuras

El estudio destaca la importancia de mantener el equilibrio con el ecosistema que propició la creación de este arte, con la convivencia entre especies que fueron representadas y siguen habitando estos parajes, así como la conveniencia de fomentar la difusión del patrimonio sin poner en peligro su conservación. Actualmente el arte rupestre de Despeñaperros cohabita con ciervos, cabras monteses, jabalíes, lobos, linces y rapaces como el águila imperial y el buitre negro.

Se proponen intervenciones concretas coordinadas por restauradores y expertos del Parque Natural para, por ejemplo, retirar deyecciones de aves y telas de araña en las cavidades pétreas, un foco de alteración física y retención de polvo y humedad, o monitorizar posibles amenazas en cuanto a la vegetación de gran porte cuyas raíces pudieran afectar a las formaciones rocosas. Grietas y fisuras, humedad, exfoliaciones, descamaciones y escamaciones, pátinas y costras son otras de las preocupaciones de los expertos que motivarán futuras investigaciones.

Según recogen los estudios encargados por la Consejería, el yacimiento rupestre de Vacas del Retamoso fue uno de los primeros que se incorporaron al catálogo de conjuntos con arte esquemático de la Península Ibérica. Su existencia fue constatada en 1913 por Henry Breuil, investigador del Instituto de Paleontología Humana de París.

El arte esquemático fue el estilo con el que se identificaron las primeras comunidades agrícolas y pastoriles. Sus motivos se caracterizaron por el empleo de formas esquemáticas y abstractas, con figuras antropomorfas, zoomorfas, a veces acompañadas de ídolos, que se utilizaron para formar composiciones de carácter conceptual y simbólico dentro de un abanico cronológico comprendido entre el VI y el II milenio a.C.

Este estilo es el más extendido por Sierra Morena. Sin embargo, solo los conjuntos de Aldeaquemada, por ser de estilo levantino, fueron incluidos en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Los expertos señalan en el proyecto de conservación encargado por la Junta la presencia de figuras levantinas en los conjuntos de Cueva del Santo y Vacas del Retamoso, lo que hace albergar la esperanza de que en un futuro todos reciban el mismo reconocimiento.

El paso de Despeñaperros es un territorio jalonado por la presencia de numerosos conjuntos de arte rupestre distribuidos a lo largo de la línea de fractura de la sierra, formando cinco núcleos que se localizan en las cabeceras de los ríos Guadalmena, Guadalén, Guarrizas, Despeñaperros y Rumblar. En ellos se han catalogado unos 50 yacimientos, con unos 115 abrigos o conjuntos, siendo el yacimiento de Vacas del Retamoso-Los Órganos el más destacado por la abundancia y variedad de sus representaciones.