Después de seis meses de estado de alarma ininterrumpido, se estimaba la tasa de incidencia acumulada en España en cuanto a casos positivos de Covid-19 sería de "25 casos de covid por cien mil habitantes". Claramente esta premisa no se ha podido cumplir y expertos han propuesto una ampliación de este para reducir el número de casos.
"En octubre muchas regiones no habían sufrido tantos casos de covid como otras, y en muchos lugares se han tomado medidas bastante extremas, mucho más que en la desescalada, por ejemplo". A fecha de 25 de octubre los casos positivos ascendían a 410 por cada 100.000 habitantes con picos muy grandes en zonas como Navarra, hoy lA es menos de la mitad pero la ocupación en UCI solamente ha descendido hasta el 22,10%. Desde la Sociedad Española de Salud Pública y Administraciones Sanitarias consideran que una comparación de datos no mostrará las consecuencias y efectos positivos del estado de alarma, "hay que comparar la efectividad del estado de alarma con no hacer nada".
La Sociedad Española de Epidemiología pide no bajar la guardia con la llegada del buen tiempo, la relajación de las restricciones o el avance de la vacunación: "La mayoría de comunidades siguen en riesgo 3 o 4"; Óscar Zurriaga, vicepresidente, ha comentado cómo sin el estado de alarma estaríamos mucho peor, pero reconoce que hace falta mantener la legalidad de algunas restricciones "donde sean necesarias".
"En 20 días podemos tener vacunados a mayores de 60 y pacientes de riesgo", comenta Rafael Ortí, presidente de la Sociedad de Medicina Preventiva, se ha debatido sobre si esa prórroga de 15 días serviría para controlar posibles incrementos en las incidencias y los expertos opinan que serían días clave para darle un empujón a la vacunación, "vacunando a un ritmo muy rápido las posibilidades de incidencias altas bajan. Cada semana ganamos tiempo para evitar que haya una subida importante de incidencia", comentan profesionales de salud pública.
Levantar el estado de alarma supone mucho riesgo por la actual situación de país o la amenaza de las nuevas variantes del virus, "El decaimiento del estado de alarma debería haber estado apoyado por un refuerzo claro de los sistemas de vigilancia epidemiológica. Necesitamos una agencia de salud pública del siglo XXI, una gestión de datos moderna", opina Ildefonso Hernández.