Dos mujeres tuvieron un choque en el norte de Tenerife, en concreto en una carretera de Puerto de la Cruz. Una de las dos mujeres quería hacer un parte de accidentes porque su vehículo había quedado más dañado que el otro. La otra implicada estaba molesta porque creía que eso no era necesario.
Avisaron a la Guardia Civil y cuando los agentes de tráfico llegaron al lugar impusieron la autoridad de una forma que ninguna de las dos esperaba.
Ante el nerviosismo de una de las mujeres que estaba enfadada, el agente le dijo, "si el perito dice que no hay nada, no hay nada, no esté cogiendo nervios".
El agente tranquilizó a la señora mientras le repetía "estamos aquí al solecito, en el Puerto de la Cruz, de lujo".
Lo que consiguió este agente es evitar el enfrentamiento entre ambas mujeres.
