La víctima y su pareja, que acabó siendo su agresor, se conocieron hacía 8 años por Internet. Mantenían una relación a distancia vía on-line ya que ella vivía en Perú y el en España.
La chica vino a España para conocer al hombre con el que llevaba casi una década chateando cuando al llegar se llevaría la sorpresa de que él acabaría siendo se agresor y secuestrador.
Este hombre le destrozó el teléfono móvil y comenzó a controlarla haciéndole sentir prisionera hasta llegar a secuestrarla hasta en 4 ocasiones. La hermana de ella sospechó y se puso en contacto con la Policía española. La víctima pudo enviar a su sobrina por Facebook la palabra Candeleda, el pueblo donde se encontraba. La hermana localizó el pueblo y llamó a la policía de Ávila.
Los efectivos pudieron liberar a la mujer pero esto se volvería a ocurrir. La mujer estuvo viviendo con la hermana de su pareja (ya que parecía ser que tenían buena relación) y el agresor juró haber cambiado por lo que la mujer volvió con el y se fueron a vivir a Barajas (Madrid).
Una vez en Madrid, el secuestrador volvió a actuar y la raptó de nuevo. La hermana de la víctima volvió a sospechar y alerta de nuevo a la Policía, liberando una vez más a su hermana. La encontraron amoratada y aturdida y él tenida un hacha y un palo con pinchos.
El hombre no era la primera vez que cometía violencia de género, era su modus operandi. Además de golpear a su víctima, secuestrarla e insultarla, le robó 2.000 euros, los necesarios para que ella pudiese volver a su país.
La víctima se encuentra en una casa de acogida y rodeada de ayuda psicológica después del estrés postraumático que padeció.