Lo que nosotros no vemos, ellos lo huelen: así trabajan perros adiestrados
Son listos, trabajadores y no se rinden. Tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional recurren cada vez más a perros adiestrados en labores de búsqueda de cadáveres o restos biológicos en catástrofes naturales. "Lo que nosotros no vemos, ellos lo huelen", ha declarado Manuel Cortés Camacho, Oficial de la Policía Nacional especializado en guías caninos y en rescate de personas desaparecidas.
En una entrevista concedida a Europa Press, Cortés ha explicado que se encuentra en Valencia como consecuencia de la catastrófica DANA que hace unos 15 días arrasó con varios municipios y que, por el momento, ha dejado 216 fallecidos.
Desde la sección de guías caninos de Madrid se han trasladado hasta la provincia de Valencia cinco agentes con sus correspondientes perros: un labrador, un pastor holandés, dos pastores alemanes y un pastor belga.
"Esto ha sido algo sin precedentes y se ha efectuado un dispositivo que desborda a todos", ha comentado el Oficial, que ha explicado que a los agentes desplegados por la provincia se les ha asignado diferentes pueblos como Massanassa, Benetússer, Sedaví o el barrio valenciano de La Torre.
Al respecto, ha indicado que a los agentes les asignan una zona concreta de búsqueda y trabajan con sus perros, o bien de manera individual o por equipos. "Los perros suelen ir sueltos pero les vamos reconduciendo y les incidimos en determinadas zonas para que miren mejor", ha señalado.
Los perros suelen estar buscando durante un periodo de entre 45 minutos y una hora y, cuando encuentran algo, lo señalizan mediante el ladrido. "Cuando hallan algo a distancia, ladran y nos dicen que han localizado alguna cosa. Entonces se les hace un refuerzo posito y les premiamos con su juguete", ha manifestado, al tiempo que ha expresado la especial dificultad en esta catástrofe ante el lodo y barro que presentan los municipios.
"Lo que nosotros no vemos, ellos lo huelen. Ellos son muy versátiles. Habitualmente hacemos búsquedas en grandes áreas con cuerpos enterrados o semienterrados o sumergidos en agua, la más complicada del todo por la profundidad y corrientes", ha añadido. "Trabajan de forma muy minuciosa", ha apostillado.
Para adiestrar a los perros, ha explicado, trabajan con cadáveres reales. "Tenemos un acuerdo con el centro de donación de cuerpos de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid y con el Centro de Transfusiones y nos facilitan restos reales. Los perros los huelen y recuerdan ese olor para poder luego identificarlos en un escenario real", ha señalado.
El adiestramiento, ha explicado el Oficial, dura "toda la vida" porque el perro "nunca deja de aprender", pero se necesitan entre ocho y 10 meses de formación para que el animal pueda participar en una búsqueda. "Aunque todo depende de cada can", ha dicho. Los perros que trabajan con los policías nacionales son comprados por parte del cuerpo policial aunque también se nutren de donaciones, por ejemplo, según ha manifestado.
Una dinámica similar sigue la Guardia Civil con el uso de canes ante catástrofes. Al respecto, el Teniente Iván Lucena, de la Unidad Cinológica Central de la Guardia Civil, ha explicado en declaraciones a Europa Press que los canes "llegan mucho más allá de lo que nosotros podemos en numerosas ocasiones".
"Nosotros estamos desplegados por Valencia y pertenecemos a la Unidad Cinológica Central del Pardo. Tenemos perros de todas las modalidades que existen en la escuela y que ahora están desplegados para detectar restos cadavéricos", ha manifestado.
DOS ÁREAS DE TRABAJO
El teniente ha explicado que, por un lado, despliegan a los perros en grandes áreas como barrancos o cualquier otro tipo de infraestructuras y, por otro, en zonas sumergidas como L'Albufera o ramblas, para lo que requieren embarcaciones.
En el caso de las embarcaciones, los perros se sitúan en la zona de la proa y van oliendo la superficie del agua hasta que consigan detectar el olor que emanan los cuerpos y lo indican con un ladrido, ha indicado el especialista, que ha manifestado que los canes pueden llegar a detectar los cadáveres "incluso a más de 30 metros de profundidad. Entre 30 y 40", ha expuesto. "Cuanto mayor sea la temperatura y más tiempo lleve el cuerpo en el agua, es más sencillo", ha agregado.
Los perros son adiestrados, según ha dicho, cuando terminan una fase de socialización, y la Guardia Civil dispone de canes de cría y otros comprados. "Suelen tener una formación de entre cinco o seis meses", ha apostillado.
Para el adiestramiento, los agentes trabajan con cadáveres reales. "Tenemos convenio con anatómicos forenses y demás y nos dejan cuerpos y restos para poder entrenar. Se asocia al perro el cadáver real, no productos sintéticos", ha añadido. "Estos animales pueden detectar, incluso, un diente o un dedo", ha aseverado.
A los animales también les enseñan a discriminar entre cadáveres de personas y de animales, "y esto es algo que lo van adquiriendo con la experiencia", ha manifestado. "Con el adiestramiento lo hacemos, pero eso al final como mejor aprenden es en situaciones reales", ha añadido.
Los canes "son una herramienta más, muy útil", y el objetivo es "facilitar las labores de rescate de los cuerpos". "En este caso, por ejemplo, en L'Albufera, con 21.000 hectáreas, los perros son capaces de oler los cuerpos sumergidos cuando no se ven a simple vista ni con drones. Los perros tienen un papel aquí más protagonista, sobretodo en ríos y pantanos", ha señalado.
Por otro lado, la Guardia Civil también recurre a los caballos para afrontar catástrofes naturales. En el caso de la provincia de Valencia, estos animales acceden fácilmente a playas que han quedado llenas de troncos y malezas.
Uno de los agentes manifestaba en redes sociales acompañado de un caballo: "Este fiel compañero forma parte de la Guardia Civil desde nuestro origen y aquí siguen hoy, ayudándonos a encontrar a los desaparecidos".