Lo que ocurrió aquella noche de julio de 2019 en un bar situado en la estación de servicio de la A-12 parece estar cerca de ser ciencia ficción. Surrealista lo que le ocurrió a la propietaria de aquel bar, que vio como un guardia civil la arrestaba tras pedirle un café, después de alegar que estaba “mal servido”.
Dos agentes policiales empezaban su turno nocturno a eso de las diez de la noche, cuando pararon a tomarse un café en un bar de una estación de servicio. Dichos compañeros no era la primera vez que paraban allí, ya que en alguna otra ocasión habían rondado esa zona para descansar.
Un café corto y uno solo, largo y con hielos. Pues bien, este último café desencadenó una fuerte discusión entre el guardia y la camarera, quien se vio sorprendida cuando el agente la “esposó contra la pared” y le introdujo dentro del coche patrulla, para después llevarla al cuartel de Puente La Reina (Navarra).
Según el protagonista de los hechos, esta detención se llevó a cabo después de que la camarera se dirigiese de forma “agresiva, humillante y amenazante” al decirla que el café estaba “mal preparado y servido”. La propietaria del bar niega ninguna actitud desafiante ante los agentes.
Después de una fuerte discusión, y tras haberle pedido el DNI, el agente procedió a esposar a la joven en el exterior del bar y tener ese fatídico desenlace.
Tras unas horas en el cuartel, el responsable del puesto policial puso en libertad a la chica.
Ahora, dos años y medio después de que sucedieran los hechos, el caso ha quedado visto para sentencia. La Fiscalía ha pedido 9 años de inhabilitación para el agente y una multa de más de 2000 euros, ya que aseguran que se llevó a cabo un “abuso de autoridad”.