Vicente Larraga, del Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha avanzado que la vacuna contra la COVID-19 en la que está trabajando consigue bloquear la infección en ratones, de manera que se acaba con la transmisión.
"Esos ratones son incapaces de infectar a otro. Tiene muy buena pinta, por decirlo coloquialmente. Se les protege contra la infección, no solo al que entra al hospital. Es importante", ha anunciado en declaraciones a Radio 6 Tenerife.
El investigador ha dado una actualización acerca de los plazos que manejan para la llegada de esta vacuna, una vez se testee en humanos: "Si conseguimos esta primavera terminar las pruebas de dosis y demás, a ver si a final de verano entramos en las pruebas clínicas, y después seis meses hasta ver si todo va bien".
Tal y como ha explicado Larraga, se trata de una vacuna sintética de ADN, en la que se introducen los genes de los antígenos del virus. Éstos entran en las células, que produce la proteína del virus, que es reconocida como extraña por el sistema inmune y se establece la respuesta de protección.
El tipo de vacuna permite, según el científico español, que "si hay una cepa nueva o que escapa a las vacunas existentes", en "muy pocas semanas se puede tener una vacuna para la cepa lista". "Se puede adaptar perfectamente", ha remachado.