sábado. 23.11.2024

Un total de 170 niños ucranianos con cáncer han sido ya trasladados a otros países europeos "y a otros lugares más lejanos", según ha sabido la Organización Mundial de la Salud (OMS) a través de Yulia Nohovitsyna, la directora del programa de Tableochki, una organización contra el cáncer infantil ucraniana.

Los niños de toda Ucrania están siendo estabilizados en el Centro Médico Infantil Especializado de Ucrania Occidental, y luego son transportados en ambulancia a la clínica Unicorn Marian Wilemski de Polonia para su triaje. Desde allí, son enviados con sus familiares a centros de oncología infantil en Polonia, a otros lugares de Europa y a otros "más lejanos".

Uno de ellos es Anastasia, una niña de Kiev. Llegó con su madre, Natalia, a Hamburgo (Alemania) el 7 de marzo, y ha reanudado su tratamiento contra la leucemia linfoblástica aguda. Cinco días antes, la madre y la hija habían huido del hospital nacional especializado en niños de Okhmatdyt, que había sido objeto de fuego de artillería.

"Era imposible continuar el tratamiento con las alarmas, las sirenas y la posibilidad de que se destruyera la capital", ha señalado Natalia. "Estoy muy agradecida a todos los que organizaron la evacuación de los niños, y a los médicos que nos llevaron a recibir tratamiento en Alemania", añade.

Según el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, "el cáncer es uno de los principales problemas de la emergencia sanitaria en Ucrania". Además, Tedros también ha apuntado a la falta de tratamiento para las enfermedades respiratorias y cardiovasculares y otros problemas.

Tal y como ha recordado, la OMS está coordinando con sus asociados la asistencia sanitaria humanitaria, tanto dentro de Ucrania como en sus fronteras, y proporcionando suministros, apoyo técnico y personal de refuerzo.

Así, la organización está creando un centro de apoyo a Ucrania en Polonia y trabajando para garantizar que los países vecinos tengan la infraestructura y los conocimientos técnicos necesarios para atender una afluencia masiva de refugiados. Según las estimaciones de las Naciones Unidas, más de tres millones de personas han huido del país.

Para financiar la respuesta, la OMS ha lanzado un llamamiento de emergencia sanitaria para Ucrania. Las organizaciones locales e internacionales están trabajando a contrarreloj para reconectar a los pacientes pediátricos con cáncer con sus tratamientos.

Así, tal y como recuerda la OMS, a medida que se intensifica la guerra en Ucrania, cientos de niños con cáncer se han visto obligados a huir de sus casas y de las camas de los hospitales de todo el país y a emprender "peligrosos viajes", no solo a otros países, sino a otros hospitales de Ucrania, con la esperanza de volver a recibir los tratamientos que necesitan para sobrevivir.

Leonid, un niño de 8 años que recibe tratamiento de quimioterapia por un tumor en la vejiga, se vio obligado a abandonar un hospital de Kiev cuando se intensificaron los bombardeos. Él y su madre, Anna, salieron en busca de seguridad y tratamiento. "El camino era largo y aterrador, y Leonid estaba aterrorizado por los disparos y las bombas", dice Anna.

Leonid llegó sano y salvo al Centro Médico Infantil Especializado de Ucrania Occidental en Lviv, cerca de la frontera con Polonia, y reanudó su tratamiento contra el cáncer. Con todo, Anna se enteró de que el tumor de su hijo había crecido.

"Queremos ir a Polonia lo antes posible para que nuestro hijo pueda recibir un tratamiento regular", ha clamado. "No queremos esperar. Nadie está seguro de lo que va a pasar", asegura.

El Centro Médico Especializado en Niños de Ucrania Occidental, que es la zona de paso para los jóvenes enfermos de cáncer en tránsito, se enfrenta a la escasez de suministros y a una oleada de pacientes enfermos, a menudo traumatizados: 6 meses de ingresos en una semana.

"NOS ESTAMOS PREPARANDO PARA LO PEOR"

"Nos estamos preparando para lo peor: asegurando las ventanas, preparando espacio para evacuar en el sótano. Pero no es adecuado para nuestros pacientes", ha contado a la OMS el doctor Severyn Ferneza, uno de los médicos del centro. "No quiero ni pensar en lo que pasaría si este hospital dejara de funcionar. Nadie más podría arreglárselas", ha sentenciado.

Aunque la quimioterapia continúa, los pacientes tienen que ser llevados a los refugios antibombas unas 4 veces al día cuando suenan las sirenas antiaéreas. Muchos de los niños ya han sufrido bombardeos en ciudades como Kharkiv y Kyiv, y están aterrorizados por las sirenas. Un psicólogo ha estado trabajando con los niños dos veces por semana, pero el personal del hospital avisa de que la necesidad de estos servicios es mucho mayor.

"El cáncer en sí mismo es un problema, pero las interrupciones del tratamiento, el estrés y el riesgo de infección hacen que cientos de niños que no deberían haber muerto lo hagan más tarde", afirma el director del centro, el doctor Roman Kizym. "Creemos que estas son las víctimas indirectas de esta guerra", ha apostillado.

Arthur, de 6 años, es uno de los recién llegados al centro. Tiene leucemia mieloide aguda, un cáncer de la sangre. "Estamos agradecidos por esta oportunidad de sobrevivir y continuar el tratamiento", ha asegurado Alina Mykolaivna, la madre del niño. "Si hubiéramos interrumpido el tratamiento, todos los bloques de quimioterapia que Arthur había estado haciendo antes no habrían tenido sentido", razona.

ES IMPOSIBLE REALIZAR TRASPLANTES DE MÉDULA ÓSEA

Así las cosas, el doctor Kizym ha alabado la coordinación internacional que ya ha permitido la evacuación y el tratamiento de muchos pacientes. "Sin embargo, este es un momento difícil", dice. "Algunos tratamientos, como los trasplantes de médula ósea, por los que tanto trabajé para que estuvieran disponibles en Ucrania, son ahora imposibles. Es imposible traer médula ósea de donantes", lamenta.

El centro de trasplantes del hospital está sin usar, con una cinta de inauguración colgada en la puerta desde antes del estallido de la guerra. Uno de los pacientes del doctor Kizym es Leonid, el niño con el tumor de vejiga. Está respondiendo bien al tratamiento, según explica su madre, pero parece indiferente. "Quiere volver a casa. Echa de menos su casa", declara su madre.

170 niños ucranianos con cáncer ya han sido trasladados a países de Europa