660 millones de personas no tendrán luz en 2030 si no crece la financiación
Más de 1.900 millones de personas carecerán de acceso a métodos no contaminantes para cocinar en 2030, según expertos
Unos 660 millones de personas en el mundo no tendrán acceso a la electricidad en 2030 y en torno a 1.900 millones de habitantes carecerán de acceso a métodos no contaminantes para cocinar en esa fecha si no se adoptan nuevas medidas y se refuerzan los esfuerzos internacionales en inversión y financiación en renovables, según un informe presentado este martes.
El informe de seguimiento ODS7 'Tracking SDG 7: The Energy Progress Report' firmado de manera conjunta por la Agencia Internacional de la Energía, la Agencia Internacional de Energías Renovables, la División de Estadística de las Naciones Unidas, el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud, advierte de que el mundo esta "lejos de alcanzar" el Objetivo de Desarrollo 7 sobre la energía para 2030.
El ODS 7 busca facilitar el acceso de energía asequible, segura, sostenible y moderna a todas las personas, así como facilitar el acceso universal a la electricidad y la posibilidad de cocinar con combustibles no contaminantes, duplicar niveles históricos de mejora de la eficiencia y aumentar significativamente la proporción de energías renovables en la combinación energética mundial.
En la actualidad, la proporción de electricidad procedente de fuentes renovables consumida respecto al cómputo mundial aumentó del 26,3 por ciento en 2019 al 28,2 por ciento en 2020, el mayor aumento anual desde que se empezó a hacer un seguimiento de los progresos hacia los ODS.
Además, el informe constata que las medidas adoptadas hasta ahora no bastarán para llegar a tiempo estos objetivos pese a reconocer avances en algunos aspectos como el aumento del uso de las energías renovables en el sector eléctrico.
Así, las entidades firmantes urgen a potenciar las energías renovables y a mejorar la eficiencia energética frente a la crisis energética mundial. El estudio señala que varios países han aplicado políticas de aumento de la inversión a este respecto, pero las estimaciones del IRENA (La Agencia Internacional de Energías Renovables) señala que los flujos internacionales en financiación pública en energías no contaminantes hacia países de renta mediana o baja han disminuido desde antes de la pandemia de la Covid-19 y que los fondos se dirigen a un pequeño número de países.
Por ello, insiste en que para lograr las metas del ODS7 y lograr que la población se beneficia plenamente de las ventajas socioeconómicas de la transición a las energías sostenibles se debe "reestructurar la financiación pública internacional y buscar nuevas formas de desbloquear la inversión".
Precisamente, el trabajo apunta que la deuda creciente y el aumento de los precios de la energía incluso reducen las posibilidades de lograr el acceso universal a la electricidad --que afectará en 2030 a 660 millones-- y los medios no contaminantes para cocinar --1.900 millones de personas en 2030--.
Además, los organismos firmantes del trabajo alertan de que estas carencias perjudicarán la salud de las personas más vulnerables y contribuirán a acelerar el cambio climático. De acuerdo con las cifras de la Organización Mundial de la Salud, cada año fallecen 3,2 millones de personas en el mundo por enfermedades derivadas del uso de combustibles y tecnologías contaminantes que elevan la exposición a niveles tóxicos de contaminantes en el aire de los interiores.
El trabajo concluye que en 2010 el 84 por ciento de la población mundial disponía de electricidad, una cifra que aumentó hasta el 91 por ciento en 2021. Sin embargo, entre 2019 y 2021, el ritmo de crecimiento fue inferior al de los periodos precedentes. La electrificación en zonas rurales ha sido "determinante", según el informe, que alerta de que aún siguen existiendo grandes carencias en las ciudades.
Por zonas, el África Subsahariana concentra el 80 por ciento de la población mundial sin acceso a la electricidad, ya que desde 2010 se han contabilizado "pocos progresos" en esta región que, en 2021 aún mantenía a 567 millones de personas sin acceso.
De momento, 2.300 millones de personas en todo el mundo siguen usando combustibles y tecnologías contaminantes para cocinar, de nuevo principalmente en África Subsahariana, pero también en Asia. Esto provoca que los hogares puedan dedicar hasta 40 horas a la semana a recoger leña y cocinar con ella en lo que se denomina "biomasa tradicional" que se traduce asimismo en que muchas mujeres no puedan buscar empleo ni participen en órganos locales de decisión o que los niños pueda ir a la escuela.
Pese a los signos de mejora, el informe alerta de que ese ritmo de aumento en la intensidad energética se ha ralentizado en los últimos años, hasta reducirse a un 0,6 por ciento en 2002, el peor año de la crisis financiera mundial. Si bien el documento admite que pudo deberse a un retroceso transitorio por los efectos de la pandemia, calcula que ahora las mejoras interanuales hasta 203 obligan a lograr un promedio de incremento del 3,4 por ciento anual para cumplir la meta 7.3 de los ODS.
En materia de financiación pública, el trabajo determina que los flujos internacionales para las energías no contaminantes en países en desarrollo pasaron de 10.800 millones de dólares en 2021, lo que representa un 35 por ciento por debajo de la media de 2010 a 2019 y corresponde solo al 40 por ciento de los 26.400 millones de dólares a los que se llegó en 2017. En 2021, 19 países recibieron el 80 por ciento de los fondos que les habían prometido.
Este informe se presentará el 11 de julio en el marco del Foro Político de Alto Nivel sobre Desarrollo Sostenible, de cara a la segunda cumbre de los ODS que se celebrará en Nueva York, en septiembre.
Para el director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía, Fatih Birol, la crisis energética que desencadenó la invasión rusa de Ucrania continúa teniendo profundas repercusiones en todo el mundo. Así, destaca que el aumento de los precios de la energía ha afectado en particular a las personas más vulnerables, sobre todo en países en desarrollo.
"La transición a las energías no contaminantes se está produciendo más rápido de lo que muchos creen, pero nos queda mucho por hacer para ofrecer servicios de energía sostenibles, modernos, seguros y asequibles a los miles de millones de personas que todavía carecen de ellos", ha comentado.
A su juicio, no se podrá lograr la transición energética con éxito si no se confía en las innovaciones tecnológicas y se aplican políticas eficaces, con un aumento "masivo" de la inversión. En definitiva, insiste a la comunidad internacional en utilizar todas las herramientas para alcanzar los ODS.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha insistido en la importancia de actuar "ahora" para proteger a las futuras generaciones, invirtiendo en soluciones renovables y no
contaminantes para mejorar el acceso universal a la energía y proteger a "los más vulnerables".
Finalmente, el director general de la Agencia Internacional de Energías Renovables, Francesco La Camera, ha destacado que "una vez más" se confirma que las energías renovables son "rentables y competitivas" pero a pesar de ello "gran parte de las zonas más pobres del mundo" todavía carecen de ellas.
"Es preciso modificar el sistema de cooperación internacional a fin de que las instituciones multilaterales de financiación destinen sus flujos financieros más equitativamente en todo el mundo para ayudar a desarrollar las energías renovables y las infraestructuras físicas conexas", ha apostillado.