Addison (Addy) y Lilianna (Lily), dos bebés siamesas de Chicago (EEUU), nacieron el 18 de noviembre de 2020. Casi año después, fueron separadas en una operación que duró diez horas. Sus padres han decidido compartir su "viaje" con el resto del mundo para que el equipo de médicos que hizo posible que las niñas puedan vivir ayuden a más familias en esta situación.
Las dos siamesas, unidas por el riñón y el diafragma
Cuando Maggie Altobelli, una mujer de 33 años de Chicago, estaba embarazada de 20 semanas los médicos le comunicaron que esperaba a dos bebés, pero que estos estaban conectados por el abdomen.
"Los separaremos", dijo Maggie Altobelli sin saber realmente lo que eso implicaría. En ese momento, los médicos les advirtieron de que sería un "camino muy largo". Pero, Maggie y Dominic Altobelli estaban decididos a recorrerlo. "Dijimos: 'Bueno, hagamos todos los estudios y asegurémonos de que estas niñas vivan una vida saludable'".
Así las cosas, la pareja se reunió con un especialista materno filial que hizo más pruebas a Maggie Altobelli y terminó confirmando que las dos niñas no compartían el corazón, ya que, de otra forma, la separación no sería posible".
Con esta noticia, la familia se mudó a Filadelfia para que las niñas fuesen tratadas en el Hospital Infantil de allí, que cuenta con experiencia en el parto y la separación de bebés siameses.
A las 34 semanas de embarazo, el 18 de noviembre de 2020, Maggie Altobelli dio a luz por cesárea a Addison y Lilianna. Inmediatamente, las niñas fueron trasladadas a la Unidad de Cuidados Intensivos de Neonatos.
La separación de Addy y Lily
Ya antes de nacer, la doctora Holly Hedrick y un equipo de más de 20 personas comenzaron a preparar la separación de las niñas.
Lo primero fue su desarrollo. Como cualquier bebé, solo debían comer y dormir para poder crecer. "Más tarde se sometieron a una expansión de tejido para ayudarles a desarrollar algo de piel porque compartían la pared torácica desde debajo de la clavícula hasta el ombligo", relató Hedrick. Esta piel serviría para cerrar los abdómenes de las niñas tras la separación.
Mientras tanto, las dos niñas -que permanecían unidas por el pecho- tuvieron varias dificultades. A pesar de que tenían traqueotomías hechas, Lily era más grande que Addy y controlaba la respiración, especialmente, cuando lloraba; por lo que tuvo que recibir alimentación adicional para que creciese tanto como Lily.
El 13 de octubre de 2021, los médicos separaron a Addy y Lily. Previamente, habían creado un modelo 3D de los hígados de las pequeñas para poder ver cómo estaban de interconectados. "Tuvimos que resolver la vasculatura, dónde termina un hígado y comienza otro", explicó Hedrick.
Además, utilizaron una ecografía de contraste durante la operación para guiar la separación del órgano y poder ver dónde comenzaba uno y dónde el otro. "Se inyecta a un bebé y así se puede ver cómo se ilumina el hígado para ella y luego, lentamente, para la otra", dijo sobre el procedimiento.
Sobre el diafragma, explica que debían de asegurarse de que siguiese funcionando tras dividirlo. "Es como un pistón. Baja cuando inhalamos y después, cuando exhalamos, vuelve a subir".
Tras diez horas de operación, todo salió bien y Lily y Addy fueron separadas con éxito. "Fue muy surrealista, muy emotivo", recordó su madre.
El regreso a casa de la familia
El 1 de diciembre de 2021, la familia entera pudo regresar a su casa en Chicago. Las niñas tienen aún el tubo de respiración y necesitan el respirador, se alimentan por sonda y hacen terapia física, ocupacional y del habla. No obstante, sus padres tienen la esperanza de que su calidad de vida mejore poco a poco.
"Se sienten, se miran, sonríen y juegan", expresa su padre, añadiendo que cada vez que están cerca "se agarran las manos, la cara y los tubos de respiración".
"Es nuestro viaje. Es muy especial en muchos sentidos", dijo su madre. "Estas niñas van a vivir una vida larga y saludable", agregó sobre las pequeñas, cuya historia comparte para qué la doctora que les ayudó reciba fondos y pueda ayudar a más personas.