El 19 de mayo de 2016, un avión de Egypt Air procedente de París cruzaba el Mediterráneo con destino a El Cairo, pero el aparato, un Airbus A320-232, con 56 pasajeros y una tripulación de 10 personas, giró bruscamente 90 grados hacia la izquierda hasta dar una vuelta completa sobre sí mismo en sentido contrario. Cayó en picado desde una altura de unos 11.200 metros, estrellándose contra el agua, cerca de la isla griega de Creta. No hubo supervivientes.
A punto de cumplirse los seis años de la tragedia, se han conocido la causa del accidente aéreo: Un cigarrillo encendido por uno de los pilotos. La combustión provocó una fuga en una mascarilla de oxígeno de emergencia.
Tres días antes del accidente, un ingeniero de mantenimiento revisó la mascarilla defectuosa, pero no la retiró, según indican los expertos. Varias informaciones aseguran que en la grabación de la cabida recuperada en la caja negra del avión se aprecia un silbido procedente de la fuga de oxígeno. El mismo informe afirma que los pilotos egipcios fumaban con regularidad, ya que la aerolínea no lo tenía prohibido.
Todos los pasajeros del vuelo MS804 de Egypt Air fallecieron. 40 personas de nacionalidad egipcia y 15 ciudadanos franceses murieron. Tampoco lograron sobrevivir dos iraquíes, dos canadienses y un pasajero cada uno de Argelia, Bélgica, Gran Bretaña, Chad, Portugal, Arabia Saudita y Sudán.