Los elefantes tan lejos de su hábitat están cada vez más presentes en núcleo zoológicos

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Los elefantes son los mamíferos terrestres más grandes que habitan el planeta. Siempre se han diferenciado del resto de animales por sus hábiles capacidades intelectuales, que les permiten memorizar lugares con agua o incluso a otros miembros de su clan. La jerarquía que se establece en sus manadas es matriarcal y son capaces de crear vínculos muy fuertes con otros miembros de la manada. Se estima que tienen una vida de unos 70 años, que les permite agudizar su aprendizaje y sabiduría con el transcurso de los años. Su inteligencia les permite sentir duelo cuando fallece una cría o un miembro de la manada e incluso aminorar el ritmo de su marcha si hay elefantes de más edad que les acompañan. 

Con independencia de sus habilidades y de su labor en el ciclo vital, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ha revelado la posibilidad de que desaparezcan estos animales en su hábitat natural. Su presencia se ha reducido alrededor de un 86% en bosques y un 60% en la sabana. Datos que sin duda activan todas las alarmas de la situación de amenaza en la que se encuentran estos animales. Quedan aproximadamente 415.000 ejemplares en estos dos ecosistemas, además de medio millón en el continente asiático.

Su desaparición puede ser muy perjudicial, ya que forman parte de una cadena trófica sumamente importante. Los paquidermos, en la lista roja de especies amenazadas y en situación crítica en el caso de los de selva, son esenciales para la supervivencia de los ecosistemas, pero también para la cultura humana. Según Fiona Maisels, científica de Wildlife Conservation Society (WCS) asegura que antes de que los humanos controlaramos la Tierra, había unos 16 especies de elefantes en el Pleistoceno, sin contar con los mamuts lanudos y los mastodontes americanos, pero también elefantes y mamuts enanos en Córcega, Chipre, Cerdeña y Creta. De todas las especies existentes resisten apenas tres y su gran mayoría sometidas a actividades humanas. La caza ilegal para obtención de marfil y la desaparición de sus hábitats por la deforestación y el propio cambio climático se únen al peligro de extinción de esta majestuosa especie.