Ana es el nombre ficticio de una mujer de 34 años que vive en Madrid. Al finalizar el estado de alarma decidió cogerse unas vacaciones e irse a San Sebastian a ver a sus padres. Una vez allí, un amigo que está casado con una mujer francesa les comentó que estaban vacunando en Francia a los españoles que lo solicitaban sin poner ningún problema y sin hacer preguntas.
"Nos dijo que era tan fácil como meterse en la página de la Seguridad Social Francesa rellenar los datos y pedir la cita. Ana y su marido lo hicieron. "El correo y el móvil, no nos pedía más. Y encima te dan la opción de elegir vacuna (entre Pfizer y Moderna), sitio, día y hora", cuenta Ana.
Podías elegir centros en distintos lugares cerca de Donosti, como Hendaya, San Juan de Luz, Biarritz... "Estamos a media hora de Biarritz así que decidimos ir de excursión un día y venir con la primera dosis puesta, con 34 años. En ese momento también puedes elegir que vacuna quieres y elegimos Pfizer. Cerramos día y hora y nos fuimos a pasar el día".
"Así nos podíamos ir de vacaciones en agosto sin agobios, sin pensar cuándo nos tocará, si nos llamarán o estar pendientes de la segunda dosis. Con 34 años seguro que nos tocaba a mitad de las vacaciones", afirma Ana.
Cuando llegaron al centro “se había habilitado un centro de exposiciones en Biarritz para la vacunación. Es bastante grande, como el WiZink Center en Madrid y estaba muy bien organizado".
Había una cola para Pfizer y otra para Moderna. "La verdad es que casi todo el mundo había elegido Pfizer, en la cola de Moderna había solo tres personas". Pasaban en grupos de 30. Ana llevaba el email de conformación de cita, "pero ni lo pidieron". Enseñó su DNI y rellenó el cuestionario base, con las mismas preguntas que te hacen en España, ¿has pasado el covid-19 en los últimos meses?, ¿eres alérgico a algún medicamento? etc. A los 10 minutos estaban los dos vacunados.
La enfermera que atendió a Ana hablaba español y le dijo que no era la única que venía: "Cada vez vienen más españoles, ¿qué pasa, que vais más retrasados?, a nosotros no nos importa y nadie nos ha dicho que no pongamos la vacuna a alguien que no sea francés, así que, por nosotros encantados, lo que queremos es terminar cuanto antes con este virus", les explicó enfermera.
Al terminar la vacunación, les proporcionaron unos papeles, el primero con la información técnica de la vacuna que le habían administrado, el lote al que pertenece y el día y la hora, por si hay algún tipo de problema o alguna reacción, el segundo, un papel con la cita de la segunda dosis. "También podías elegir el día a partir de los 21 días que es el tiempo que debe pasar entre las dos dosis de Pfizer. Así que nosotros elegimos el día que mejor no venía. Y haremos otra excursión a Biarritz", cuenta la joven vacunada.
Pero no eran los únicos que habían ido hasta allí a vacunarse: "Había un grupo de chavales jóvenes españoles que estaban como nosotros y otros tres o cuatro más mayores que también esperaban su dosis", dice Ana. Añade que todos fueron muy amables y no tenían la sensación de estar haciendo algo irregular. "Cada vez viene más españoles aquí. Si podemos ayudar y adelantar encantados", exclamó una de las personas que estaba en la fila.
"Es una opción como otra cualquiera. Imagino que si vives en Almería no te vienen bien, pero hay mucha gente que veranea por el norte así que es cuestión de hacerlo coincidir", concluye Ana. Gracias a esto, con 34 años Ana y su marido ya están vacunados de la primera dosis y en breve se pondrán la segunda.