Margarita, superviviente de la II Guerra Mundial, resiste a las bombas en Járkov

Margarita Morozova

Margarita Morozova con tan solo siete años tuvo que huir de la Segunda Guerra Mundial y ahora se ve obligada a vivir esa misma situación en la ciudad de Járkov

Una guerra puso en peligro su infancia y ahora vuelve a vivirla con 87 años. La historia de Margarita Morozova está traspasando fronteras. La vida de esta bibliotecaria ucraniana no ha sido fácil. Con tan solo siete años tuvo que huir de la Segunda Guerra Mundial y ahora se ve obligada a vivir esa misma situación en la ciudad de Járkov.

Margarita vive a tan solo 25 kilómetros de la frontera de Rusia y esta ciudad lleva siendo bombardeada desde que las tropas rusas invadieran Ucrania el 24 de febrero. Una fecha que no se les olvidará a muchas personas, ya que tuvieron que abandonar sus casas, a parte de sus familias y emprender un largo camino hacia otro país.

La mayor parte de Járkov ha sido destrozada, solo quedan escombros y edificios destruidos. Margarita reconoce en una entrevista para la Agencia Reuters que nunca imaginó que pudiese volver a vivir un episodio tan cruel como el que vivió cuando era pequeña. “En mi peor pesadilla, ni siquiera podía imaginar que una masacre así se repetiría, es horrible” comentó.

Margarita ha explicado cómo vivió la Segunda Guerra Mundial y para ella no fue nada fácil. El factor suerte también se cruzó en su camino y consiguió sobrevivir junto a su madre. Los ataques de los nazis los recuerda como si hubieran pasado hace unos días. Por aquel entonces vivía en lo que hoy se conoce como San Petersburgo y se dispuso a huir del país con su madre. Ambas iban a montarse en un ferry para escapar de la ciudad, pero no llegaron a tiempo para poder subirse en ese transporte. Poco después un proyectil alemán impactó en el ferry y lo hundió. Ellas tenían que haber estado ahí subidas, pero por suerte pudieron salvarse.

Desde que diera por finalizada la II Guerra Mundial, esta bibliotecaria se mudó a la ciudad ucraniana de Járkov, donde lleva viviendo 60 años. En esta ciudad ha tenido a sus dos hijos y, de hecho, uno de ellos vive en Rusia, concretamente en San Petersburgo. Una mujer que tiene el corazón dividido entre el lugar que la vio nacer y el que la acogió cuando era una niña. Ahora solo puede pensar en el horror que está provocando esta guerra. "Es aterrador cuando mueren jóvenes, cuando se derrumban hermosos edificios" explicaba.

Esta guerra no está beneficiando a ningún país. Un país está siendo devastado por los continuos bombardeos y muchos jóvenes soldados están falleciendo en el intento de hacerse con Ucrania. Esta mujer de 87 años no entiende que esté ocurriendo un acto así, precisamente porque tienen una cultura muy parecida.