jueves. 21.11.2024

El próximo jueves 15 de agosto se cumplen tres años desde la llegada al poder de los talibanes en Afganistán. Tres años desde la conocida como toma de Kabul, un acontecimiento que ha supuesto un retroceso significativo en materia de Derechos Humanos y que, según datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), ha provocado la salida del país de 6,4 millones de personas refugiadas, siendo Irán y Pakistán los principales países de acogida, y ha propiciado 3,2 millones de desplazamientos internos.

Accem lamenta que este retroceso en derechos ha sido especialmente grave para las mujeres, con prohibiciones como la de cursar educación secundaria o universitaria o participar en la vida pública, así como limitaciones a la hora de poder ejercer determinados trabajos. Según Naciones Unidas, Afganistán es el país donde más han retrocedido estos derechos y este contexto está suponiendo un deterioro de la salud mental de mujeres y niñas.

España acoge actualmente a 3.731 refugiados afganos, según datos de Acnur, mientras que hay actualmente 1.020 solicitantes de protección internacional de esta nacionalidad. En esta línea, desde hace tres años, Accem ha atendido a un total de 1.269 personas refugiadas afganas, destacando un equilibrio casi igual entre hombres (654) y mujeres (615). La mayoría de las personas atendidas son jóvenes de entre 18 y 34 años (544) y menores de 18 años (394), lo que subraya la vulnerabilidad de la población infantil y juvenil. También se ha atendido a 31 personas mayores de 65 años.

Las personas refugiadas afganas atendidas por Accem están enfrentado numerosas dificultades. El deterioro emocional y psicológico es uno de los desafíos más significativos, con frecuentes casos de estrés postraumático y ansiedad, agravados por la separación familiar que supone haber dejado seres queridos en un país tan inestable como Afganistán.

A diferencia de otros colectivos, la comunidad afgana en España es pequeña, lo que limita la existencia de redes sociales y familiares de soporte que son fundamentales en los procesos de incorporación a una nueva sociedad de acogida. Es por ello por lo que

desde Accem se observa que algunas personas muestran su deseo de trasladarse a otros países europeos donde cuentan con redes familiares y personales.

A pesar de estas dificultades, las personas afganas han demostrado una notable resiliencia y determinación para integrarse en su nuevo entorno. Muestra de ello es que el 79% de las personas atendidas han participado en itinerario sociolaborales ofrecidos por Accem, el 100% de los menores en edad de escolaridad están integrados en el ámbito educativo y el 41% de las personas atendidas por el servicio de empleo han conseguido insertarse laboralmente. No obstante, sigue siendo crucial mantener un acompañamiento continuado y especializado para apoyar su proceso de incorporación a su nueva sociedad de acogida.

Para responder a estas necesidades, Accem ha diseñado un acompañamiento integral que incluye desde la cobertura de necesidades básicas y el apoyo psicosocial, hasta el apoyo jurídico y facilitación del acceso a servicios públicos, como sanidad y educación. Además, se ha puesto un especial énfasis en el aprendizaje del idioma. A través de itinerarios personalizados de intervención que abordan tanto la formación laboral como la orientación profesional, se ha buscado facilitar la integración y autonomía de las personas beneficiarias, logrando avances significativos en su adaptación cultural, mejora del bienestar emocional y una mayor participación social.

Actualmente, la entidad atiende a 122 usuarios/as procedentes de Afganistán, siendo 62 hombres y 60 mujeres. La mayoría de las personas que reciben acompañamiento por parte de la ONG están en la última fase del programa de protección internacional, es decir, en vías de lograr una vida autónoma.

Retrocesos en derechos y libertades

Sobre la situación en Afganistán desde la llegada al poder de los talibanes, la ONU pone el foco en la situación de las mujeres, afirmando que estas "afrontan un contexto opresivo en el que la pobreza y la incertidumbre sobre el futuro ejercen una presión extrema" sobre ellas y sus familias y advierte de que esta situación "exacerba la violencia doméstica, los matrimonios forzados e infantiles, la venta de niños, el trabajo infantil, la trata de personas y la migración peligrosa".

Asimismo, en materia de libertad de expresión y prensa, las autoridades talibanas han fomentado el cierre de medios de comunicación y han llevado a cabo detenciones de informadores, defensores de Derechos Humanos y activistas, entre ellas mujeres que denunciaban el retroceso de sus derechos y libertades. Además, según Naciones Unidas, más de 28 millones de personas, al menos dos tercios de la población afgana, necesitó ayuda humanitaria en 2023, suponiendo "una de las peores crisis humanitarias del mundo".

Las mujeres de Afganistán notan un gravísimo retroceso de sus derechos