Tan solo nueve años y ya es responsable de un delito y una heroicidad en un solo acto: apuñalar a su padrastro mientras este agredía salvajemente a su madre, todo esto frente a la pobre chica, que pone punto final a una historia que seguramente deje secuelas en una mente tan joven.
Los hechos tuvieron lugar en Argentina, en un suburbio de la capital del país, Buenos Aires, donde una mujer estaba siendo víctima de un ataque físico por parte de su pareja, un hombre con el que había contraído matrimonio, pero que no era el padre biológico de la niña de ella, y que la estaba agrediendo en el interior del domicilio familiar.
Cuando la niña se percató de la agresión que estaba sufriendo su madre, no cabía otra cosa en su corazón que imparable deseo de salvarla a toda costa. Y, superponiendo el terror de la madre al suyo propio, absorbida totalmente por la escena y el vínculo que solo existe entre una madre con su hija, no tardó en agarrar un cuchillo para clavarlo en el estómago de su padrastro, en esperanza desesperada de que aquella violencia lograse suprimir las demás a su alrededor. No acabó con su vida, sino que fue ingresado en el hospital para recuperarse del apuñalamiento, e intentó convencer a las autoridades de que él no había hecho nada.
El agresor aseguró que le habían atacado
Cuando fue llevado al hospital, las autoridades hablaron con el hombre que estaba agrediendo a su mujer y que había sido apuñalado por su hijastra. Según dijo él a la Policía, había sido víctima de un asalto, del que no dio detalles en profundidad. Evitó decir que en realidad le había apuñalado la niña porque entonces, terminaría sabiéndose que estaba maltratando a su mujer.
Sin embargo, las autoridades también hablaron con la madre y la niña, quienes les pusieron en contexto sobre lo que había ocurrido. Finalmente, y tras comprobar en las cámaras de vigilancia que no había indicios de lo que el hombre denunciaba, se terminó por descubrir que él estaba mintiendo, y que tanto la mujer como la hija habían confesado la verdad.
Este caso recuerda especialmente a uno que ocurrió en España el pasado verano, más concretamente en el municipio valenciano de Elda, donde una niña de 12 años apuñaló hasta en tres ocasiones a su padre después de observar cómo había lanzado a su madre al suelo y estaba intentando estrangularla. Tampoco le mató, pero logró salvar a su madre y que las autoridades lo detuvieran.