El Papa ha pedido a los fieles que recuerden a los "crucificados de hoy", que ha ido enumerando como "los corderos inmolados, víctimas inocentes del sufrimiento y la maldad del mundo" y, en concreto, de las guerras, de las dictaduras, de las violencias cotidianas y también de los abortos-.
Así lo ha puesto de manifiesto en la audiencia general antes de comenzar las celebraciones litúrgicas del Triduo Pascual. Francisco ha pedido, además, llevar esperanza a todas aquellas personas que están pasando "muchas situaciones de sufrimiento". Se ha referido especialmente a las personas, familias y poblaciones que sufren por la pobreza, calamidades y conflictos".
El Pontífice ha presidido la catequesis desde la Biblioteca del Palacio Apostólico hasta donde se ha trasladado la celebración para evitar las aglomeraciones en la plaza de San Pedro y evitar así los contagios.
Desde allí, ha instado a los fieles a que durante el periodo de Semana Santa, que comenzó con la celebración del Domingo de Ramos los fieles pongan ante Jesús crucificado a "todos los crucificados de hoy, hermanos y hermanas, víctimas inocentes del sufrimiento y la maldad del mundo" porque "sólo Él puede consolarlos y darles amor".
Francisco también ha solicitado que, en el jueves Santo que recuerda la Última Cena, los fieles se amen haciéndose "siervos los unos de los otros, como hizo Él lavando los pies a los discípulos". Durante el Viernes Santo, que se revive el vía crucis de Cristo, reclama que lleven "en la mente y en el corazón los sufrimientos de los enfermos, de los pobres, de los descartados de este mundo". Estos son los "corderos inmolados", víctimas inocentes de guerras, dictaduras, violencias cotidianas y abortos.
Durante el Sábado Santo, que ha definido como el "día del gran silencio", ha recordado que los fieles esperan "vigilantes el cumplimiento de la Promesa de Dios, en la resurrección del Señor", que la Vigilia Pascual anuncia "con alegría desbordante". "El Resucitado, a quien encontramos en la fe, nos manifiesta que la vida triunfa sobre la muerte, el bien vence al mal y el sentido de nuestra existencia es una vida plena y de felicidad infinita junto a Él", ha concluido.