El Papa visitará una cárcel de Roma para lavar los pies de doce presos

El Papa Francisco - Evandro Inetti/ZUMA Press Wire/d / DPA

El Papa irá de nuevo a una cárcel de Roma el próximo Jueves Santo donde repetirá el gesto de lavar los pies a doce presos, una costumbre que acuñó cuando fue elegido Pontífice pero que ya solía realizar cuando era arzobispo de Buenos Aires.

De esta manera, tras haber celebrado la misa Crismal en la basílica de San Pedro por la mañana, en la que cada año participan todos los sacerdotes del clero de Roma y se bendice el santo óleo que se utiliza en las parroquias de la capital italiana en los sacramentos de la confirmación y de la unción de los enfermos, el Papa se trasladará por la tarde al centro penitenciario de Civitavecchia, a las afueras de Roma. Esta información no ha sido confirmada por la oficina de prensa del Vaticano, pero sí ha sido revelada en un comunicado por los capellanes de la prisión.

El cardenal Bergoglio también acostumbraba en Buenos Aires a celebrar la misa de Jueves Santo en una cárcel, en un hospital o en un hospicio para pobres o con personas marginadas de la sociedad.

En 2017, el Papa acudió a la cárcel de máxima seguridad Paliano, una fortaleza al sur de Roma, donde lavó a 12 presos, entre ellos tres mujeres y un musulmán. Era la única prisión en Italia con miembros de la mafia que decidieron colaborar con la justicia, a cambio de una reducción de la pena. En cambio, en 2018, el Pontífice escogió la prisión central de Roma 'Regina Coeli' en la que visitó también la VIII Sección donde cumplen condena los presos que han cometido delitos de naturaleza sexual.

En 2019, Francisco celebró los oficios del Jueves Santo en el centro Penitenciario de Velletri de Roma, un gesto que fue interrumpido por la pandemia. El año pasado, el Papa acabó celebrando la misa que conmemora el lavado de los pies de los apóstoles durante la Última Cena, 'In Coena Domini', en la residencia privada del depuesto cardenal Angelo Becciu, que declarará el próximo 27 de abril en el juicio en el Vaticano por la compra irregular de un inmueble en Londres.

En todo caso, una de las imágenes más icónicas del pontificado de Francisco es verle arrodillado mientras lava los pies a un grupo de reclusos.