La COP28 se celebrará en Dubái, entre los días 30 de noviembre y 12 de diciembre, en un momento marcado por las turbulencias bélicas, económicas, climáticas y energéticas, que muestran más que nunca la necesidad de acelerar la lucha climática. Un encuentro precedido por el rechazo de las organizaciones de la sociedad civil de la elección del Dr. Sultan Al-Jaber, Ministro de Tecnología e Innovación de los Emiratos Árabes Unidos y CEO de la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dhabi, como presidente de la Cumbre del Clima.
2023 ha vuelto a mostrar que el clima del planeta es cada año más cálido, generando hambrunas debido a la sequía en el cuerno de África o inundaciones en países como Pakistán, Nigeria o Australia. Más de 3.000 millones de personas viven en lugares altamente vulnerables al cambio climático, lo que hace que tengan enormes necesidades en materia de adaptación, pérdidas y daños.
En el Estado español, y Córdoba en particular, no somos ajenos a esta situación. Se trata de uno de los territorios más afectados del entorno europeo. La extrema ola de calor continuada durante el verano, la sequía o las lluvias torrenciales y los fuertes vientos por todo el territorio son una muestra clara de la enorme vulnerabilidad de los ecosistemas al calentamiento global.
Dos activistas cordobeses estarán en la COP28 de Dubái. Miguel Blázquez Ginés, es periodista y coordinador de comunicación y portavoz de Juventud por el Clima - Fridays For Future España. Rodrigo Blanca Quesada, es sociólogo y lleva vinculado al movimiento ecologista más de veinte años. En estos momentos es Coordinador de Ecologistas en Acción de la campaña estatal sobre Tratados Internacionales de Comercio e Inversión. Ambos activistas climáticos desde muy jóvenes, concienciados en el riesgo que conlleva no tener en cuenta las consecuencias del sistema de producción y de consumo en el que vivimos.
Rodrigo forma parte de una delegación de cinco personas de Ecologistas en Acción que se desplazará a la COP para “dar seguimiento a las negociaciones, participar en las acciones de la sociedad civil e informar a diario de lo que acontezca.” Desde la organización identifican cuatro retos principales de esta Cumbre:
1. Ir más allá del acuerdo de Glasgow y poner una fecha de fin a los combustibles fósiles. Algo que apunta mal en la medida que, según Naciones Unidas, los países productores están planificando duplicar su producción de aquí a 2030, superando con mucho los límites establecidos por el Acuerdo de París. “Por ello es imprescindible poner una fecha de fin al uso de los combustibles fósiles, fijar compromisos concretos y establecer un régimen de incompatibilidades que impida que los intereses de estas corporaciones prevalezcan en las Cumbres del Clima”.
2. Acelerar y forzar el cumplimiento de los objetivos de reducción de las emisiones marcados por el IPCC. En esta Cumbre se procederá por primera vez a un proceso de revisión global de los compromisos derivados del Acuerdo de París (Global Stocktake), por lo que es una oportunidad para implantar obligaciones adicionales, vinculantes y sectorializadas con las que reducir en 2030 las emisiones actuales a la mitad.
3. Una financiación suficiente. En la cumbre de Copenhague de 2009 se fijó transferir 100MM$ al año a partir de 2020 a los Estados más vulnerables. Los países desarrollados, entre ellos España, no han cumplido con este compromiso que ya fué valorado en su día por la sociedad civil y expertos como insuficiente. Por ello, para Ecologistas en Acción “es necesario revisar y establecer un nuevo compromiso, mediante un proceso transparente y vinculante. Al tiempo los países del norte global están siendo incapaces de aplicar el principio de quien contamina paga, y continúan apoyando política y financieramente la producción combustibles fósiles.”
4. No habrá justicia climática sin derechos humanos. “El mundo de la competencia y del sálvese quien pueda nos está llevando a la guerra y la violencia, al autoritarismo y la ruptura de los espacios de diálogo” afirma Rodrigo. La eliminación de los combustibles fósiles debe producirse en sinergia con la protección, la restauración y la mejora de la gestión de los ecosistemas desde un enfoque basado en los derechos humanos.
Miguel estará haciendo seguimiento a los temas de Cambio Climático y Salud y Justicia Intergeneracional, pero centrado en la comunicación de lo que se trata en la Cumbre, cómo se trata e informar de ello a la ciudadanía, para que no quede como algo tan lejano, ya que las decisiones que se tomen pueden afectar a las políticas que haya que adoptar en nuestra ciudad. “Necesitamos que todos los gobiernos e instituciones nos protejan, y para ello se lo tenemos que exigir desde las calles hasta en las propias instituciones, desde lo más local hasta lo global; queremos soluciones, no declaraciones”, manifiesta.
La pérdida de productividad agrícola y la escasez de agua provocan riesgos sobre la seguridad alimentaria que afectan a la población más vulnerable. “Córdoba tiene que ser muy consciente de cómo nos planteamos el adaptar la ciudad para que las próximas generaciones quieran y puedan vivir aquí”, añade el coordinador de Juventud por el Clima Córdoba.
Yendo desde Córdoba no pueden ser más conscientes de la situación de emergencia climática a la que nos lleva el sistema de consumo exacerbado en el que los humanos sumen al planeta a un calentamiento global que tiene consecuencias terribles para nuestro territorio. Los activistas ponen el foco en la falta de lluvias y la desertificación de toda la región sur de la Península Ibérica, lo que pone en alto riesgo la posibilidad de vivir y alimentarse de la población.
“Lo ‘único’ que hay que hacer es acatar lo que piden los científicos que se haga, por nuestra salud y por el planeta”, dice Miguel, “pero esto no interesa a las multinacionales a corto plazo, aunque a largo plazo no existirán los recursos, si seguimos así, para que nadie se pueda beneficiar de su explotación”. Además, añade que “es sumamente prioritario asegurar la habitabilidad de nuestro territorio, Córdoba y Andalucía, ya que nos encontramos en riesgo de desertificación y, entre tantas otras problemáticas, también medioambientales, ¿cómo van a querer los jóvenes formar una familia?”
El sábado 2 de diciembre a las 12:00, en la Calle San Felipe, Rebelión por el Clima ha convocado una manifestación para presionar a que en la COP de este año se tomen medidas serias para mitigar lo máximo posible el cambio climático. “Es urgente adaptar la ciudad a las condiciones climáticas que tenemos, tener seguridad alimentaria y que la transición de modelo energético se haga de forma justa”, declara Alba Bryant, portavoz de Rebelión por el Clima en la manifestación de este sábado.