La nueva normativa es "más robusta" que la de los gobiernos anteriores, ha destacado el ministro del Interior británico, James Cleverly.
El texto incluye cinco puntos. El primero prohíbe la reagrupación familiar de familiares de trabajadores del sector de los cuidados ante los "abusos" en este ámbito. Así, se limitará la reagrupación a la pareja y a los descendientes menores de 18 años.
El segundo punto eleva de 26.200 a 38.700 libras el salario anual que deberá tener un trabajador cualificado para obtener un visado de trabajo. El tercer punto acaba con las excepciones del 20 por ciento menos de salario para los sectores con déficit de mano de obra.
El cuarto prevé que el ingreso mínimo para los visados familiares se incremente también desde las 18.600 hasta las 38.700 libras para "garantizar que la gente solo traiga a personas a las que puedan dar sustento económico".
En cuanto a los visados de estudios, según el quinto punto, los estudiantes deberán someter las peticiones de reagrupamiento familiar a una comisión "para evitar el abuso y proteger la integridad y calidad de la educación superior de Reino Unido".
El Gobierno británico en general y el Ministerio del Interior en particular necesitaban mostrar una postura dura en materia migratoria tras el revés que supuso el dictamen del Tribunal Supremo en contra del plan para deportar a migrantes a Ruanda y ante las crecientes cifras de inmigración, con 745.000 nuevas llegadas en 2022.