En medio de un contexto de creciente tensión en el conflicto ucraniano, Moscú ha dado un inesperado giro al declarar un alto el fuego de carácter temporal con motivo de las celebraciones de la Pascua ortodoxa. El anuncio fue realizado por el Kremlin este sábado, con la intención, según aseguran, de poner a prueba la "voluntad real" de Kiev de avanzar hacia un diálogo de paz sostenible.
La tregua, de carácter limitado, comenzó este sábado a las 18:00 horas en Moscú (17:00 hora peninsular española) y se prolongará hasta la medianoche del lunes 21 de abril, lo que equivale a las 23:00 del domingo en España. Desde el Kremlin han aclarado que el cese de hostilidades se justifica por "razones humanitarias", aunque han advertido que sus fuerzas permanecerán en estado de alerta para responder ante cualquier eventualidad.
Vladimir Putin comunicó la decisión tras reunirse con el general Valeri Guerasimov, jefe del Estado Mayor ruso. A través de canales oficiales, el mandatario expresó su esperanza de que las autoridades ucranianas adopten una postura similar y se sumen a la pausa en las operaciones bélicas. No obstante, advirtió que las tropas rusas deben estar preparadas para "repeler provocaciones o ataques" en caso de que la otra parte no respete el alto el fuego.
La decisión llega en un momento delicado, cuando las opciones diplomáticas parecen desvanecerse. Recientemente, el expresidente estadounidense Donald Trump insinuó que podría retirarse de cualquier intento de mediación internacional si no percibe avances claros entre ambas partes. Estas declaraciones añadieron presión a un conflicto ya de por sí estancado.
Paradójicamente, el gesto de alto el fuego ruso fue precedido por una ofensiva durante la madrugada del mismo sábado, en la que se registraron ataques con ocho misiles y más de 80 drones sobre distintas regiones ucranianas, como Odesa, Sumi, Donetsk y Zaporiyia. Los bombardeos han causado múltiples daños materiales, lo que complica aún más el panorama.
Pese a la violencia reciente, Trump se mostró optimista poco antes del anuncio de Putin, afirmando que tanto Rusia como Ucrania "mantienen vivo el interés por alcanzar un fin al conflicto", aunque no precisó si su gobierno retomaría o abandonaría sus intentos de mediación.