En Gansú hay 113 muertos y 782 heridos, mientras que en la provincia de Qinghai hay 18 muertos y 214 heridos por el terremoto, que ha alcanzado la magnitud 6,2 en la escala de Richter y ha derivado en cientos de réplicas.
El secretario general de la ONU, António Guterres, se ha mostrado "profundamente entristecido por el trágico terremoto, por la pérdida de vidas y los daños a la propiedad", mientras que ha expresado su solidaridad al pueblo y el Gobierno chino, extendiendo su "más sincero y profundo" pésame a las víctimas y deseando una pronta recuperación a los heridos.
El portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric, ha indicado en una rueda de prensa que el secretario general "reconoce los esfuerzos que está realizando el Gobierno de China para ayudar a las víctimas" y ha ofrecido la ayuda del equipo de Naciones Unidas en el gigante asiático.
El Ministerio de Finanzas y el Ministerio de Gestión de Emergencias de China asignó 250 millones de yuanes (unos 30 millones de euros) en ayudas para los trabajos de reconstrucción, después de que el terremoto haya provocado daños en unas 155.000 viviendas, según los medios oficiales.
Los temblores también han provocado cortes en el suministro eléctrico y el servicio de telecomunicaciones, aunque las autoridades ya habían dado por recuperados ambos a última hora de este martes.