A poco más de dos semanas de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, la demócrata Kamala Harris ha visitado este domingo dos iglesias, mientras que su rival republicano, Donald Trump, ha visitado un McDonald's, donde ha vuelto a acusar a Harris de mentir sobre haber trabajado anteriormente en la cadena de comida rápida.
Ambos candidatos siguen esforzándose por conseguir votos en los estados más competitivos, con Harris, actual vicepresidenta de EE.UU, en Georgia y Trump, el ex presidente, en Pensilvania, antes de las elecciones del 5 de noviembre.
Harris ha destacado el heroísmo de quienes respondieron al huracán Helene, que causó muertes y destrucción en Florida a principios de mes. En su visita, ha hecho un contraste entre su visión de Estados Unidos y la dura retórica del clima político actual, aunque no ha mencionado a Trump.
Trump se ha quitado la chaqueta del traje, se ha puesto un delantal negro y amarillo y cocinado tandas de patatas fritas en un McDonald's en los suburbios de Filadelfia, algo que, según ha dicho, había querido hacer "toda su vida".
Miles de personas se han alineado en la calle frente al restaurante para observar y el candidato ha repartido patatas a algunos de sus seguidores a través de la ventanilla de autoservicio del restaurante, que había sido cerrado al público en general.
"Me gusta este trabajo", ha dicho Trump, cuya adoración por la comida rápida ha sido bien documentada. "Me lo estoy pasando muy bien aquí".
El republicano ha asegurado que la visita a McDonald's pretendía en parte ser una burla a Harris, que dice que trabajó en la cadena de comida rápida durante sus años universitarios en California. Trump afirma que Harris nunca trabajó allí, pero no ha aportado pruebas que lo respalden.
