El conflicto en Ucrania ha entrado en una fase crítica tras la suspensión del apoyo militar estadounidense, una decisión sin precedentes que está reconfigurando el equilibrio de fuerzas en el campo de batalla. Desde este miércoles, Washington no solo ha mantenido el bloqueo de ayuda militar a Kiev, sino que ha dado un paso más al cortar el suministro de inteligencia, dejando a Ucrania en una situación de extrema vulnerabilidad.
Un golpe a la capacidad defensiva ucraniana
El Ejército ucraniano dependía de una asistencia multidimensional por parte de EE.UU., que incluía munición, armamento avanzado, sistemas de defensa antiaérea, tecnología de vigilancia y apoyo logístico. Además, el respaldo económico canalizado a través del Banco Mundial había sido fundamental para sostener el funcionamiento del Estado, desde el pago de nóminas a funcionarios y militares hasta la operatividad de las infraestructuras básicas.
Sin embargo, más allá del suministro de armas, el cese del flujo de inteligencia estadounidense supone un problema aún mayor. El general de división retirado Juan Carlos Domingo advierte que, aunque algunos aspectos de la inteligencia humana pueden ser suplidos por Europa, la inteligencia de señales y el sistema de alerta temprana contra ataques aéreos dependen en gran medida de la tecnología estadounidense. Sin esta cobertura, la defensa antiaérea ucraniana se ve gravemente afectada, dejando a ciudades como Kiev en una situación de mayor riesgo ante ataques con misiles de largo alcance rusos.
Europa trata de reaccionar, pero con dificultades
Ante la decisión de Washington, la Unión Europea ha tratado de llenar el vacío con un nuevo paquete de ayuda de 3.500 millones de euros, mientras que Francia ha anunciado que comenzará a compartir inteligencia militar con Kiev. A pesar de estos esfuerzos, en la cumbre extraordinaria celebrada en Bruselas, los líderes europeos no lograron aprobar un aumento de la ayuda a Ucrania, debido a la oposición de algunos países como Hungría, lo que ha ralentizado las opciones de respuesta inmediata.
Los expertos estiman que Ucrania aún dispone de dos o tres meses de suministros provenientes de la última asistencia estadounidense, pero si la UE no logra concretar sus promesas de ayuda en ese periodo, la defensa ucraniana podría colapsar.
El reloj corre: ¿negociación a la vista?
La falta de apoyo militar y de inteligencia estadounidense debilita la posición de Ucrania en el conflicto, y Rusia podría aprovechar esta coyuntura para avanzar en el frente. En este contexto, la presión sobre Kiev para aceptar negociaciones bajo términos menos favorables aumenta, y la Casa Blanca ya ha confirmado un primer contacto entre delegaciones ucranianas y estadounidenses en Arabia Saudí.
Mientras tanto, en el terreno, las tropas ucranianas empiezan a sentir los efectos de esta nueva realidad, y el tiempo juega en favor de Moscú, que podría consolidar nuevas posiciones antes de cualquier posible acuerdo de paz.